Eurostat publica los datos sobre gestión de residuos en la Unión en 2011
España disminuyó la cantidad de residuos urbanos generados por persona en 2011, pasando de 535 kilogramos al año del periodo precedente a 531. Con todo, la cifra es superior a la media comunitaria, ubicada en los 503 kilos, según los últimos datos de la oficina estadística comunitaria Eurostat.
El nuestro fue el décimo país que más basura produjo y cayó dos puestos respecto a la clasificación del año precedente. La clasificación de generación de más residuos, por orden descendente es: Dinamarca (718), Luxemburgo (687), Chipre (658), Irlanda (623), Alemania (597), Holanda (596), Malta (584), Austria (552) e Italia (535), seguidos de España.
Estonia fue el país de la UE que menos residuos generó en 2011 con 257 kilos por persona, según esa oficina comunitaria, que coloca a continuación a Letonia (292), Rumanía (293), Eslovaquia (312), República Checa (319), Hungría (382) o Lituania (387).
Aun así, España no modificó sus comportamientos en tratado de este tipo de residuos producidos en sus ciudades, repitiendo exactamente los mismos porcentajes que ya logró en 2010.
El 100 % de los desechos urbanos españoles fueron tratados, algo que no sucede en todos los países europeos, aunque más de la mitad de ellos acabaron en vertederos (58 %), lejos del 1 % alcanzado por Alemania, Bélgica, Bélgica, Holanda y Suecia.
No obstante, España volvió a resaltar por ser uno de los países de la Unión Europea (UE) que destinó más residuos urbanos a la fabricación de abonos para plantas, un 18 %, tan sólo por detrás de Austria (34 %), Holanda (28 %), Bélgica y Luxemburgo (ambos un 20 %). El resto de las basuras de las ciudades españolas acabaron recicladas (15 %) o bien incineradas (9 %).
La media de los veintisiete revela que cada europeo generó 503 kilos de basura -1 kilo más que en año anterior-, de los que se trataron 486 kilos por habitante. Los basureros continuaron siendo el destino de la mayoría de los desechos europeos (un 37 %), seguido por el reciclaje (25 %), la incineración (23 %) y el uso para la producción de abonos -conocidos como compost- (15 %), aunque los distintos Estados miembros presentaron diferencias sustanciales entre ellos.
Los que enviaron más residuos a los vertederos fueron Rumanía (99 %), Bulgaria (94 %), Malta (92 %), Letonia y Lituania (ambos 88 %), mientras que los que más incineraron fueron Dinamarca (54 %), Suecia (51 %), Bélgica (42 %), Luxemburgo y Holanda (ambos 38 %). Por su parte, el reciclaje fue más común en Alemania (45 %), Irlanda (37 %), Bélgica (36 %), Eslovenia (34 %), Suecia (33 %), Holanda (32 %) y Dinamarca (31 %).
El nuestro fue el décimo país que más basura produjo y cayó dos puestos respecto a la clasificación del año precedente. La clasificación de generación de más residuos, por orden descendente es: Dinamarca (718), Luxemburgo (687), Chipre (658), Irlanda (623), Alemania (597), Holanda (596), Malta (584), Austria (552) e Italia (535), seguidos de España.
Estonia fue el país de la UE que menos residuos generó en 2011 con 257 kilos por persona, según esa oficina comunitaria, que coloca a continuación a Letonia (292), Rumanía (293), Eslovaquia (312), República Checa (319), Hungría (382) o Lituania (387).
Aun así, España no modificó sus comportamientos en tratado de este tipo de residuos producidos en sus ciudades, repitiendo exactamente los mismos porcentajes que ya logró en 2010.
El 100 % de los desechos urbanos españoles fueron tratados, algo que no sucede en todos los países europeos, aunque más de la mitad de ellos acabaron en vertederos (58 %), lejos del 1 % alcanzado por Alemania, Bélgica, Bélgica, Holanda y Suecia.
No obstante, España volvió a resaltar por ser uno de los países de la Unión Europea (UE) que destinó más residuos urbanos a la fabricación de abonos para plantas, un 18 %, tan sólo por detrás de Austria (34 %), Holanda (28 %), Bélgica y Luxemburgo (ambos un 20 %). El resto de las basuras de las ciudades españolas acabaron recicladas (15 %) o bien incineradas (9 %).
La media de los veintisiete revela que cada europeo generó 503 kilos de basura -1 kilo más que en año anterior-, de los que se trataron 486 kilos por habitante. Los basureros continuaron siendo el destino de la mayoría de los desechos europeos (un 37 %), seguido por el reciclaje (25 %), la incineración (23 %) y el uso para la producción de abonos -conocidos como compost- (15 %), aunque los distintos Estados miembros presentaron diferencias sustanciales entre ellos.
Los que enviaron más residuos a los vertederos fueron Rumanía (99 %), Bulgaria (94 %), Malta (92 %), Letonia y Lituania (ambos 88 %), mientras que los que más incineraron fueron Dinamarca (54 %), Suecia (51 %), Bélgica (42 %), Luxemburgo y Holanda (ambos 38 %). Por su parte, el reciclaje fue más común en Alemania (45 %), Irlanda (37 %), Bélgica (36 %), Eslovenia (34 %), Suecia (33 %), Holanda (32 %) y Dinamarca (31 %).
Vía EFE
Bruselas, Bélgica
Gestores de residuos domésticos