Explorando la restauración ecológica frente al cambio global: el valor de los enfoques experimentales

El cambio global antropogénico ha degradado el mundo natural a niveles sin precedentes, lo que representa amenazas sustanciales para la biodiversidad, la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua, la salud y el bienestar humano en general. En este contexto, la restauración ecológica se ha convertido en una estrategia fundamental para frenar la crisis de la biodiversidad y reparar los ecosistemas dañados.
El consenso internacional sobre la urgente necesidad de comprender la recuperación ecológica y restaurar los ecosistemas se refleja en el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, un programa lanzado en 2021 y que continuará hasta 2030. El objetivo de esta iniciativa es restaurar mil millones de hectáreas de una amplia gama de ecosistemas, que abarcan bosques, pastizales, humedales, zonas costeras y marinas, y entornos urbanos. La pregunta es: ¿cómo se pueden restaurar mil millones de hectáreas en todo el mundo? En términos más generales, ¿cómo podemos restaurar eficientemente ecosistemas plenamente funcionales y estables?
Aunque la ciencia de la restauración ha avanzado increíblemente en los últimos tiempos, su éxito hasta la fecha ha sido limitado. Las razones son sociales y económicas, pero también ecológicas o científicas. Desde el punto de vista científico, la mayoría de los estudios de restauración son en gran medida fenomenológicos y dependientes del contexto, lo que limita nuestra capacidad para desarrollar principios generales para una teoría científica más sólida.
Para desarrollar este conocimiento, es fundamental comprender los patrones y los posibles mecanismos que subyacen a la dinámica de recuperación ecológica, así como la influencia del cambio global en estos procesos. Esta es la motivación del proyecto RECODYN (Dinámica de recuperación de ecosistemas y su respuesta al cambio climático y la fragmentación del hábitat), financiado por el Consejo Europeo de Investigación.
¿Qué tiene de novedoso RECODYN?
- RECODYN comenzó en enero de 2023 e incorpora tres cambios clave en el enfoque de la ecología de la restauración:
- Pasando de un enfoque en los estados ecológicos a un análisis de tasas y trayectorias, nuestro objetivo es compilar un conjunto de datos temporales de alta resolución que permita una exploración más detallada de la dinámica de recuperación.
- Ampliamos nuestro alcance de especies y poblaciones individuales a comunidades y ecosistemas. A diferencia de los estudios que se centran en especies, hábitats o ubicaciones específicas, RECODYN busca investigar la recuperación de comunidades biológicas y ecosistemas en múltiples dimensiones, incluyendo su biodiversidad, funcionamiento y estabilidad.
- Transición de observaciones principalmente específicas de sitio a un enfoque más integrado que involucra modelos y experimentos. Si bien gran parte de la ecología de la restauración se basa en observaciones, ensamblajes artificiales (como cronosecuencias o sustituciones espacio-temporales) y revisiones (p. ej., metaanálisis), pretendemos establecer un marco metodológico más equilibrado que incorpore modelos y observaciones experimentales. Creemos que esta integración es crucial para el sólido avance científico de nuestra disciplina (o de cualquier disciplina científica).
Los desafíos de RECODYN
Pasé seis años como investigador postdoctoral en la Estación de Ecología Teórica y Experimental (SETE – CNRS, Francia). Esta estación combina la investigación teórica y experimental y alberga instalaciones experimentales verdaderamente únicas, incluyendo el Metatrón terrestre. Lo que hace al Metatrón tan especial es su combinación de parcelas individuales de gran tamaño (100 m²), que albergan una gran diversidad de especies (más de 200 especies de plantas y más de 140 especies de invertebrados), junto con un número significativo de réplicas (hasta 48 parcelas, aunque utilizamos 24 de ellas). Además, el Metatrón puede simular dos de los factores más importantes del cambio global: el cambio de temperatura y la fragmentación del hábitat.
Durante mi tiempo en SETE, comencé a desarrollar un creciente interés en las posibles aplicaciones del Metatrón en el campo de la ecología de la restauración. Si bien mi carrera académica me llevó a aceptar un puesto de investigación en el Centro Vasco para el Cambio Climático (España), dicho interés no se desvaneció y se materializó cuando se concedió RECODYN. El reto era evidente: ¿cómo podemos muestrear repetidamente múltiples variables en la plataforma Metatrón (recordemos la dinámica temporal que buscamos), dada la ubicación remota del experimento, a más de 400 km de distancia y en un país diferente?
De hecho, este desafío ha demostrado ser multifacético. En primer lugar, debemos gestionar la compleja burocracia en España, Francia y la Unión Europea. En segundo lugar, conseguir alojamiento y transporte durante siete meses al año durante la temporada de cultivo en una zona rural supone un obstáculo logístico. En tercer lugar, las intensas jornadas de trabajo de campo, que implican largas horas en el experimento, los laboratorios y el invernadero, junto con la estrecha interacción diaria entre los miembros del equipo, pueden provocar agotamiento físico y emocional en ocasiones.
Además, la aplicación de varias teorías ecológicas y la transición entre enfoques experimentales/empíricos y de modelización son intelectualmente exigentes, pero también fomentan un entorno de investigación muy estimulante.
La formación de un gran equipo, que incluye técnicos de campo y laboratorio, doctores, posdoctorados y un responsable administrativo del proyecto, junto con el apoyo del Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3) y la SETE – CNRS, ha sido fundamental para afrontar los retos de RECODYN. Cada miembro desempeña tareas y responsabilidades clave para el éxito del proyecto.
A pesar de los desafíos, este proyecto ofrece una valiosa oportunidad para comprender la recuperación de las comunidades ecológicas tras perturbaciones y en el contexto del cambio global, y creo que los desafíos científicos superan con creces las preocupaciones logísticas. El objetivo de RECODYN es ambicioso, pero crucial: contribuir a que la ecología de la restauración pase de ser una disciplina idiosincrásica a una ciencia predictiva y de aplicación más global.
[Este contenido procede de Innovation news network Lee el original aquí]