Gestión de residuos en grandes ciudades: retos y estrategias
La gestión de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) se estructura en varias fases, comenzando por la recolección selectiva en origen. Esta práctica, esencial para el tratamiento posterior de los residuos, implica la separación de los desechos en categorías específicas. Países como Alemania han demostrado el éxito de esta estrategia con programas de devolución y reciclaje que han alcanzado tasas de reciclaje superiores al 65%.
Luego sigue la fase del transporte donde en ciudades como Seúl y Singapur, la recolección neumática ha revolucionado esa parte mejorando significativamente la eficiencia y reduciendo las emisiones de CO2 a través de tuberías subterráneas que llegan hasta las plantas de tratamiento. Esta tecnología, ideal para áreas densamente pobladas con altos volúmenes de desechos, está dentro de las estrategas europeas de las 100 ciudades inteligentes y climáticamente neutras de aquí a 2030, donde se encuentran también seis ciudades españolas.
Los residuos recolectados pueden ser destinados a diferentes tratamientos: vertederos, incineración, reciclaje y compostaje, entre otros. Tradicionalmente, los vertederos han sido el destino final para muchos residuos. Sin embargo, su impacto ambiental negativo ha impulsado a las ciudades a buscar alternativas pero en muchos casos aún sin éxito. En España, en 2020, el 49.4% de los residuos se depositaron en vertederos, mientras apenas el 20.4% se recicló y el 10.1% se incineró, según datos oficiales. Y sólo en el año 2021, se destinaron algo más de 10 millones de toneladas de residuos de competencia municipal a los 111 vertederos activos españoles. Estos números están lejos de los objetivos establecidos por el PEMAR, donde simplemente para la gestión de envases, se ha establecido un aumento de reciclado total del 55%-80% y una valorización mínima del 60%
El porcentaje de residuos reciclados varía significativamente entre regiones y países. En la Unión Europea, sigue permaneciendo activo el objetivo de reciclar al menos el 50% de los RSU desde el 2020. Sin embargo, en España el porcentaje real de reciclaje es del 13.1%, según datos de Greenpeace, lo cual está muy por debajo del objetivo comunitario. En contraste, San Francisco en EE.UU. se destaca con más del 80% de reciclaje y compostaje de sus residuos, gracias a políticas estrictas y una participación ciudadana activa.
De acuerdo con los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la producción de bienes de consumo ha llevado a un aumento anual del 3.7% en la generación de RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos) que presentan un desafío particular debido a su contenido de materiales valiosos y sustancias peligrosas que requieren un manejo especializado.
Empresas y organizaciones líderes están adoptando modelos de negocio sostenibles para combatir la obsolescencia programada y promover el reciclaje: Apple, con programas de reciclaje y reacondicionamiento de dispositivos, buscando que todos sus productos se fabriquen con materiales reciclados; Ecoalf, empresa española que fabrica ropa y accesorios a partir de materiales reciclados y diseñando sus tiendas con plástico reciclado impreso en 3D; Fundación Ellen MacArthur que juega un papel crucial en la promoción de la economía circular, trabajando sobre la importancia del rediseño de productos y la minimización de los residuos producidos.
Como conclusión, la gestión de residuos en las grandes ciudades, desde la separación de residuos en el hogar hasta la implementación de tecnologías avanzadas, es una tarea compleja que requiere una combinación de estrategias avanzadas e innovación. La cooperación entre gobiernos, empresas y ciudadanos es esencial para avanzar hacia una economía circular y un futuro sostenible asegurando el cumplimiento de la jerarquía de residuos (Ley 7/2022) que prioriza la reducción, reutilización y reciclaje antes que la disposición final sin tratamiento.
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de Diario Responsable. Lee el original aquí]