Globos fotovoltaicos generan electricidad en zonas sin abastecimiento
El Zéphyr Photovoltaic Balloon proyecta la utilización de globos aerostáticos compactos que abastecen de electricidad en zonas sin suministro como las zonas afectadas por desastres o catástrofes naturales. En estas situaciones, la falta de electricidad obstaculiza las tareas de asistencia y rescate, así como el funcionamiento de instalaciones médicas. Desplegar generadores eléctricos rápidamente es fundamental, ya que se trata de un soporte básico para la atención a los afectados y hace posible que funcionen las comunicaciones, equipos médicos, calefacción...
Este proyecto desarrollado por tres estudiantes, ha obtenido el reconocimiento del Paris ArtScience Prize, del Challenge Humanitech 2014 y de la iniciativa EDF’s Challenge for Sharing Energy in the City, 2030. Consiste en globos fotovoltaicos que elevados en el aire convierten la energía solar en electricidad. Estos globos son autónomos y funcionan indefinidamente. Su funcionamiento es similar al de los generadores eléctricos que se usan normalmente con combustible diésel, pero en este caso son autónomos, ya que pueden funcionar de forma indefinida aprovechando la energía del sol. Almacenan la electricidad a través de baterías. Además no emiten gases contaminantes y al no tener motor, no emiten ruido.
Cada globo Zéphyr puede suministrar electricidad a un hospital de campaña, luz y calefacción a unas quince tiendas de campaña, unas 50 personas, y para posibilitar el funcionamiento de una línea de telecomunicaciones. La propia instalación del globo proporciona el hidrógeno que hace falta para que el globo ascienda en el aire. Una vez en el aire, ya comienza a abastecer de electricidad, aunque en un primer momento esa electricidad es destinada a conseguir el hidrógeno por electrólisis a partir de un suministro de unos diez litros de agua, suficiente para hinchar el globo y que se despliegue unos 50 metros de altura.
Los globos, una vez desplegados permiten ajustar su inclinación, para que la parte superior, donde se ubican los paneles solares, esté expuesta y orientada lo máximo posible hacia el sol. El globo en su superficie está recubierto de un compuesto que recoge la energía del sol y la convierte en electricidad que, mediante un cable, baja hasta la tierra donde un conversor la transforma en la corriente eléctrica necesaria para utilizarse en la tierra. Por la noche, el suministro eléctrico llega de una decena de baterías de alta capacidad que se han recargado a lo largo del día con una parte de la electricidad que el globo ha producido.