Granada registra un gran descenso en la producción de escombros, debido a la crisis
El plan director territorial de gestión de residuos no peligrosos de Andalucía 2010-2019 calculaba que la producción de escombros se situaría entre los 2,2 y los 5 kilos por habitante y día, lo que supone entre 803 y 1.825 kilos por persona y año. Sin embargo, en la provincia de Granada, según el Consorcio Provincial de Residuos Sólidos Urbanos de Granada (RESUR), actualmente esa cifra es de 150 kilos por habitante y año. Unos datos que María Martín, profesora colaboradora del departamento de Construcciones Arquitectónicas de la Universidad, entiende que confirman la mala situación del sector de la construcción.
Con todo, los 138.600.000 kilos al año de escombros registrados, sitúan a la provincia muy alejada de la media europea y a la cola de España en reciclaje de este tipo de basura.
Martín relaciona este hecho con la facilidad en este territorio de conseguir áridos en las distintas canteras. A pesar de que existen varias plantas de reciclaje donde llevar lo que resulta tras la demolición de un edificio, el material depurado que queda al final del proceso se desperdicia en aplicaciones banales, como rellenar caminos rurales, por ejemplo. «Mientras, en otros países se hacen demoliciones selectivas y se aprovecha hasta el último marco de una ventana, los yesos, el cemento...», detalla la experta.
En su tesis doctoral defiende que el residuo generado en las obras de construcción y demolición resulta un problema en las sociedades actuales, tanto por la gran cantidad generada, como por los riesgos medioambientales que conlleva su abandono indiscriminado. Hace dos años el mapa de los vertederos y escombreras ilegales de importancia en Granada identificados por la delegación de Medio Ambiente eran una veintena. Y las denuncias que llegaban al año rondaban el medio centenar. Eso ha descendido considerablemente en el momento actual.
En las últimas décadas el estudio experimental de la posible utilización de los áridos reciclados, tanto en pruebas de laboratorio como en modelos a escala real, ha posibilitado la redacción de diferentes documentos y normativas técnicas encaminadas a establecer sus posibilidades de uso.
En concreto, su equipo investigador está desarrollando diferentes líneas de trabajo para conseguir aplicar el árido reciclado en la elaboración de prefabricados no estructurales y morteros de albañilería, con la participación de la profesora Montserrat Zamorano Toro, del Departamento de Ingeniería Civil, y las alumnas de doctorado Gloria Cuenca Moyano y Zoraida Sánchez Roldán.
Todos ellos resaltan la necesidad del respeto al medio ambiente ya que, según datos del Gremio de Entidades de Reciclaje de Derribos, de los 35 millones de toneladas de escombros producidos en España, se recicló aproximadamente un 15%. Otro estudio apunta esta cifra está muy por debajo de países como Dinamarca que alcanza un 80%, Alemania con 40-60%, Japón con el 65% u Holanda con el 75% .
Vía IdealCon todo, los 138.600.000 kilos al año de escombros registrados, sitúan a la provincia muy alejada de la media europea y a la cola de España en reciclaje de este tipo de basura.
Martín relaciona este hecho con la facilidad en este territorio de conseguir áridos en las distintas canteras. A pesar de que existen varias plantas de reciclaje donde llevar lo que resulta tras la demolición de un edificio, el material depurado que queda al final del proceso se desperdicia en aplicaciones banales, como rellenar caminos rurales, por ejemplo. «Mientras, en otros países se hacen demoliciones selectivas y se aprovecha hasta el último marco de una ventana, los yesos, el cemento...», detalla la experta.
En su tesis doctoral defiende que el residuo generado en las obras de construcción y demolición resulta un problema en las sociedades actuales, tanto por la gran cantidad generada, como por los riesgos medioambientales que conlleva su abandono indiscriminado. Hace dos años el mapa de los vertederos y escombreras ilegales de importancia en Granada identificados por la delegación de Medio Ambiente eran una veintena. Y las denuncias que llegaban al año rondaban el medio centenar. Eso ha descendido considerablemente en el momento actual.
En las últimas décadas el estudio experimental de la posible utilización de los áridos reciclados, tanto en pruebas de laboratorio como en modelos a escala real, ha posibilitado la redacción de diferentes documentos y normativas técnicas encaminadas a establecer sus posibilidades de uso.
En concreto, su equipo investigador está desarrollando diferentes líneas de trabajo para conseguir aplicar el árido reciclado en la elaboración de prefabricados no estructurales y morteros de albañilería, con la participación de la profesora Montserrat Zamorano Toro, del Departamento de Ingeniería Civil, y las alumnas de doctorado Gloria Cuenca Moyano y Zoraida Sánchez Roldán.
Todos ellos resaltan la necesidad del respeto al medio ambiente ya que, según datos del Gremio de Entidades de Reciclaje de Derribos, de los 35 millones de toneladas de escombros producidos en España, se recicló aproximadamente un 15%. Otro estudio apunta esta cifra está muy por debajo de países como Dinamarca que alcanza un 80%, Alemania con 40-60%, Japón con el 65% u Holanda con el 75% .
Daquella manera (cc)
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