Investigadores españoles crean baldosas reforzadas con residuos textiles
El 90% de la ropa desechada acaba en el vertedero, lo que supone hasta 95 millones de toneladas al año en el mundo. El fenómeno del fast fashion ha disparado el consumo de moda y la cantidad de residuos que se desprenden. Esto supone un importante problema medioambiental para el que organizaciones de todo el mundo (incluidas las cadenas de moda) buscan soluciones. En la Universitat Politècnica de Barcelona (UPC) le han encontrado un destino: la fachada de los edificios.
El grupo de investigación Tectex de la UPC ha diseñado un proceso para convertir los residuos textiles en material para la construcción. Se trata de baldosas reforzadas con fibra procedente de ropa: "Con ocho camisetas podemos alicatar un metro cuadrado de fachada", explica Josep Claramunt, investigador principal y profesor agregado de la UPC. Con estas proporciones en mano, el grupo de investigación calculó que para recubrir la fachada de la famosa Casa Milá de Gaudí, La Pedrera, se podría salvar el residuo equivalente a más de 8.000 camisetas.
Las baldosas ideadas por los investigadores de la UPC tienen el mismo tamaño que las del mercado: 30 x 30 cm y un centímetro de grosor. Pueden mezclarse con cemento Portland, para obtener baldosas grises, o cemento blanco para una placa en color. Además, la capa externa puede elaborarse en cualquier acabado. Los investigadores afirman que son más ligeras y resistentes que las tradicionales: "Una fachada en piedra natural pesa cinco veces más que las baldosas con fibra textil y una de cerámica pesa el doble", explica Claramunt. Además, la resistencia al impacto es 100 veces superior a la de cualquier material del mercado: "A modo de prueba piloto, colocamos varias placas en una zona muy transitada del campus de Castelldefels donde tenemos el laboratorio. Fue hace cuatro años y se mantienen en perfectas condiciones", explica el investigador.
El material aún no ha salido al mercado ya que continúa en fase de pruebas. Llevan dos años trabajando con él y el grupo de investigación espera una subvención para pasar a TRL 7, es decir, hacer una demostración del prototipo en entorno real: "Construiremos una fachada de 20 metros cuadrados y la someteremos a todo tipo de situaciones excepcionales", adelanta Claramunt. Los primeros resultados son alentadores: "Hay mucho residuo textil. Si lo usamos en la construcción, calcula cuántas fachadas hay en todo el mundo e imagina cuánto desperdicio podríamos reutilizar", añade.
Calculan que podría entrar en fabricación en un periodo de dos a tres años. Varias empresas se han interesado por la prueba piloto: "Hemos hablado con Cementos Molins (fabricantes de material de construcción) que están interesados en llevar proyectos universitarios al mercado", comenta el investigador. También se ha interesado Mango: "Cada vez hay más empresas de moda preocupadas en minimizar su cantidad de residuos. Mango tiene un departamento específico para este propósito y si el prototipo sale adelante, piensan en un modelo de economía circular: enviar sus residuos textiles para elaborar material de construcción y usar este material en elementos de sus tiendas", explica Claramunt.
Todos los sectores económicos están tomando conciencia medioambiental. Entre ellos, el de la construcción. Este sector es responsable de aproximadamente el 35 % de las emisiones de dióxido de carbono, el 40% del consumo de energía y el 45% de los residuos sólidos de la Unión Europea. "Una vía para mejorar la sostenibilidad es mejorando el impacto en el material", afirma Claramunt.
El grupo de investigación Tectex de la UPC inició la prueba piloto para reforzar baldosas con fibras vegetales hace una década y hace dos años comenzaron las pruebas con fibras recicladas. El material desarrollado a partir de ropa triturada se realiza mediante un procesado mecánico de baja energía en el que no se añaden productos químicos y acaba formando un fieltro de pequeño espesor que se usa de refuerzo al mezclarse con los distintos materiales de construcción.
[Esta noticia fue publicada originalmente en Nius Diario. Lee el original aquí]