Investigadores españoles y mexicanos estudian nuevas técnicas de depuración de aguas
Científicos españoles del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Agua (CIDTA) de la Universidad de Salamanca y mexicanos del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional de Durango, perteneciente al Instituto Politécnico Nacional (IPN), trabajan en conjunto para mejorar las técnicas para la depuración de aguas. Un ejemplo de estos estudios es la utilización de extractos de plantas para descontaminar aguas con metales pesados procedentes de zonas mineras.
José Bernardo Proal Nájera, investigador del centro mexicano, ha explicado que la novedad más relevante de este trabajo es la aplicación de biosurfactantes o materia surfactante de origen vegetal “en una de las etapas de remoción de metales pesados”. La idea está en fase de experimentación en México y se busca trasladar la técnica a comunidades mineras y poder establecer después una planta piloto.
Los surfactantes son sustancias en solución que pueden “cambiar la naturaleza hidrofílica de un sistema a hidrofóbica”, lo que podría emplearse para separar los metales pesados que se han diluido en las aguas. Esto hace posible separar todas las partículas, incluso las de tamaños tan diminutos que no son visibles.
Esta técnica es de origen alemán, pero utiliza surfactantes industriales, mientras que “nosotros los cambiamos por surfactantes de origen vegetal que proceden de origen de plantas muy abundantes en México”, asegura José Bernardo Proal Nájera.
De hecho, existen muchas técnicas físico-químicas para lograr la descontaminación de las aguas por metales pesados, pero entre las desventajas de las mismas suele encontrarse su alto coste.
Así pues, la propuesta del IPN de México es emplear “subproductos vegetales que quedan tirados en el campo” y que proceden de actividades agrícolas relacionadas con plantas del género Agave, que se utiliza sobre todo en la producción de tequila. Estos residuos se desechan por toneladas, así que darle este uso supone generar un beneficio económico a partir de una materia prima gratuita.
Si bien en España no hay agaves, otras plantas pueden tener una gran concentración de saponina, de forma que se podría trasladar el conocimiento entre los países. El objetivo de ambas partes es desarrollar una “plataforma de tratamiento” que se pueda aplicar tanto en el tratamiento de aguas tanto en España como en México.
Los investigadores del CIDTA son expertos en técnicas como el tratamiento de aguas residuales mediante rayos ultravioleta, recuerda José Bernardo Proal Nájera, mientras que los investigadores mexicanos experimentan también con rayos solares. “La colaboración es muy estrecha y ambas partes estamos empleando las infraestructuras ya establecidas para utilizar plantas piloto”, indica.
José Bernardo Proal Nájera, investigador del centro mexicano, ha explicado que la novedad más relevante de este trabajo es la aplicación de biosurfactantes o materia surfactante de origen vegetal “en una de las etapas de remoción de metales pesados”. La idea está en fase de experimentación en México y se busca trasladar la técnica a comunidades mineras y poder establecer después una planta piloto.
Los surfactantes son sustancias en solución que pueden “cambiar la naturaleza hidrofílica de un sistema a hidrofóbica”, lo que podría emplearse para separar los metales pesados que se han diluido en las aguas. Esto hace posible separar todas las partículas, incluso las de tamaños tan diminutos que no son visibles.
Esta técnica es de origen alemán, pero utiliza surfactantes industriales, mientras que “nosotros los cambiamos por surfactantes de origen vegetal que proceden de origen de plantas muy abundantes en México”, asegura José Bernardo Proal Nájera.
De hecho, existen muchas técnicas físico-químicas para lograr la descontaminación de las aguas por metales pesados, pero entre las desventajas de las mismas suele encontrarse su alto coste.
Así pues, la propuesta del IPN de México es emplear “subproductos vegetales que quedan tirados en el campo” y que proceden de actividades agrícolas relacionadas con plantas del género Agave, que se utiliza sobre todo en la producción de tequila. Estos residuos se desechan por toneladas, así que darle este uso supone generar un beneficio económico a partir de una materia prima gratuita.
Si bien en España no hay agaves, otras plantas pueden tener una gran concentración de saponina, de forma que se podría trasladar el conocimiento entre los países. El objetivo de ambas partes es desarrollar una “plataforma de tratamiento” que se pueda aplicar tanto en el tratamiento de aguas tanto en España como en México.
Los investigadores del CIDTA son expertos en técnicas como el tratamiento de aguas residuales mediante rayos ultravioleta, recuerda José Bernardo Proal Nájera, mientras que los investigadores mexicanos experimentan también con rayos solares. “La colaboración es muy estrecha y ambas partes estamos empleando las infraestructuras ya establecidas para utilizar plantas piloto”, indica.
Vía DiCYT
Salamanca
Gestores de residuos vegetales