La basura de la pandemia en cifras: 129.000 mascarillas al mes

La nueva normalidad ha cambiado muchos hábitos: lavarse las manos con agua o gel hidroalcohólico se ha convertido en un gesto cotidiano, los abrazos y besos se ven poco a poco sustituidos por saludos lejanos o choques de codos y las mascarillas se han hecho omnipresentes. Pero estas nuevas costumbres están teniendo un efecto secundario perverso: el olvido de la economía circular y el auge de los productos de usar y tirar, sobre todo plásticos. Un estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology ha alertado de que cada mes se están usando en el mundo unos 129.000 millones de mascarillas desechables y 65.000 millones de guantes.
El dato ha preocupado mucho a la ONG internacional Greenpeace, que han aprovechado el lanzamiento del estudio para hacer un llamamiento para que se sustituya el uso de mascarillas desechables por el de reutilizables. Su petición cuenta con el apoyo de personalidades expertas en salud de todo el mundo, que abogan por utilizar productos que no sean de usar y tirar, pero que “se puedan desinfectar adecuadamente”, lo que permitiría proteger el medioambiente de la contaminación.
El estudio señala que el uso de mascarillas y guantes desechables “no solo ha provocado una contaminación ambiental generalizada, sino que también presenta un riesgo significativo para la salud pública”, ya que este desecho sirve como vector para el virus, que puede mantenerse latente y activo hasta tres días en la superficie de este tipo de materiales. En España, desde el inicio de la pandemia, se han adquirido 659 millones de mascarillas quirúrgicas, lo que supone más de 1.300 toneladas de materiales plásticos depositados en vertederos, quemados en incineradoras o arrojados directamente al medioambiente.
Para la directora del Programa de Sostenibilidad Ambiental de la Salud de la Universidad de Yale (Estados Unidos), Jodi Sherman, el público en general “debería usar mascarillas reutilizables y realizar su lavado y desinfección de forma rutinaria en sus hogares”. Además, esta científica, que ha participado en la elaboración del estudio, considera “innecesario para la seguridad personal y perjudicial para la salud planetaria” el uso guantes desechables para actividades cotidianas como ir de compras.
En cualquier caso, esta cantidad de toneladas de basura no significa que el problema se acabe aquí. De hecho, a medida que los países continúan enfrentándose a la “escasez” de equipos de protección personal, los expertos piden a la ciudadanía llevar a cabo prácticas básicas en la higiene, como lavarse las manos y utilizar mascarillas reutilizables. El objetivo es que cualquier objeto de protección que sea de grado médico y de un solo uso se utilice sólo para las personas más expuestas al coronavirus, es decir, los trabajadores sanitarios.
“Nuestra salud depende de la salud de los recursos naturales de nuestro planeta. Los materiales plásticos de un solo uso están contaminando nuestro aire, agua y suelo y, por lo tanto, perjudicando nuestra salud”, ha declarado el profesor asociado del Programa de Salud y Educación de la Universidad de Ribeirao Preto (Brasil) y coautor del estudio, Saulo Delfino Barboza. Por su parte, Naciones Unidas advierte también del “peligro” que supone la gestión inadecuada de los residuos médicos infectados, ya que estos pueden ser objeto de vertidos tanto al medioambiente como a entornos urbanos, “lo que conlleva riesgos para la salud pública”. También advierten de los riesgos de la quema a cielo abierto o la incineración con la liberación de toxinas hacia el medioambiente y la transmisión secundaria de enfermedades a los humanos. Otros residuos pueden llegar a fuentes de agua y aumentar la contaminación fluvial y marina.
La única solución parece pasar por la economía circular y la reutilización. De hecho, los responsables de Greenpeace han recordado que hace unas semanas más de 130 profesionales de la salud de 20 países firmaron una declaración asegurando que las bolsas y envases reutilizables “se pueden usar de manera segura durante la pandemia de COVID-19”. El virus no puede ser una excusa para volver atrás en la lucha contra el plástico.
[Esta noticia fue publicada originalmente en El Ágora. Lee el original aquí]