La cultura de la basura en Japón
La razón principal de que Japón sea limpio es la educación que se recibe desde la infancia (tanto en escuelas como en hogares) sobre el comportamiento ante la basura.
Los japoneses no comen mientras caminan en la vía pública, no hay puestos ambulantes (salvo en festivales especiales) y los pocos residuos que producen los llevan hasta su casa para depositarlos en sus propios contenedores.
En las tiendas de conveniencia sí hay basureros para papel o envolturas, botellas de vidrio, plástico o lata de los productos ahí comprados y consumidos. Las maquinas de refrescos tienen su propio basurero, y la gente no pone ahí basura diferente a botellas.
En el metro también se pueden ver pequeños basureros pero sólo para revistas o periódicos, papel y envolturas pequeñas, latas, botellas de vidrio y plástico. Los envases de plástico, cartón o unicel se pueden tirar en contenedores de los supermercados siempre y cuando estén limpios.
Cómo se separa y recoge la basura
La normativa obliga a que un simple recipiente de crema se divida de la siguiente manera: la tapa es combustible, pero el resto es incombustible. Si es una crema natural o bio, hay que quitarle el papel que le rodea. Luego, hay que separar las piezas, lavarlas, secarlas y clasificarlas.
Las bolsas donde se guarda la basura también tienen normas, se han retirado las bolsas negras comunes y se han sustituido por otras semitransparentes que, al incinerarse, lanzan al aire menos toxinas. En los 23 distritos que integran la capital dichas bolsas deben ser las reglamentarias y haberse comprado en supermercados o grandes almacenes. Si son diferentes por haberse adquirido en otra jurisdicción, la municipalidad no las recoge y a ver qué haces con ellas.
Aunque todos estos requerimientos tienen algunas variaciones dependiendo del distrito en el que te encuentres, todos exigen lavar las botellas de plástico y cristal, retirar las etiquetas, enjuagar los empaques de cartón, así como doblarlos y apilarlos para que ocupen menos espacio. Para que los habitantes estén enterados de cómo se separa correctamente la basura, les son entregados manuales con las especificaciones.
También existe un límite de medida de la basura que puede tirarse dentro de las bolsas que se compran. Si ese límite se excede, un día al mes, previa cita por teléfono, el basurero pasa a una hora especifica para recoger la basura especial, la cual debe llevar el nombre, la dirección y el comprobante del impuesto pagado. Por ejemplo, todos los aparatos electrónicos, muebles, bicicletas o fierro entran en esta categoría especial. En el caso de la ropa usada, se mete en los contenedores lavada y seca. Nada de bolsas chorreantes haciendo un oloroso caminito de lixiviados en la banqueta.
Otra cosa, el camión de la basura es especial para cada tipo de resíduos, esto porque los tritura in situ, al momento de recogerlos. Así pueden pasar directamente a las plantas de reciclaje. Para incentivar estas prácticas se han implementado sistemas de reciclaje con base en la utilización de una tarjeta de chip. En dicha tarjeta, por cada botella de plástico se abonan puntos. Cuando juntas 1.000 puntos, el establecimiento está obligado a canjearlos por descuentos. Algo así como las máquinas que alimentan a perros cuando reciclas botellas de PET o las que te dan acceso al transporte público a cambio de latas y botellas implementados en algunas ciudades.
Si no te quedó muy claro, este vídeo de 2011, hecho por Sandyael Mikoku te lo explica de otro modo:
Otra forma de pensar
Claro que no todas las calles de Japón son un paraíso, pero el esfuerzo que hacen por mantener sus espacios limpios es admirable.