Cerceda, a 14 de octubre 2015.- El pasado 23 de septiembre, se celebró en Madrid un encuentro que, bajo el título “El futuro de la gestión sostenible de residuos en un marco de economía circular”, contó con la intervención de una treintena de altos cargos, tanto públicos como privados, ligados al sector medioambiental, así como con la asistencia de cerca de 200 personas pertenecientes en su mayor parte al ámbito de la gestión de los residuos y procedentes de distintas entidades y comunidades autónomas.

Carlos Martínez Orgado, Presidente de Honor de la Fundación para la Economía Circular, organización promotora de este evento, fue entrevistado recientemente en Radio Líder Galicia con el objetivo de profundizar en todas las cuestiones abordadas en el mismo. 

Manifestaba así que se había conseguido reunir en un mismo lugar y en un mismo momento a un gran número de personalidades “que tienen mucho que decir y que aportar en el mundo de la gestión sostenible de los residuos”. Es el caso de representantes de los grupos políticos en la ponencia de estudio del Senado sobre el futuro de los residuos, y que estos días se someterá al dictamen definitivo, a representantes políticos de las distintas Administraciones, sobre todo de las Comunidades Autónomas, que son las que tienen que implementar las normas ambientales, y a representantes de entidades privadas encargadas de la gestión de los desechos.

En este sentido, y abundando en el concepto de economía circular, Martínez Orgado lo definió como la “intersección de lo económico y lo ambiental”, ya que lo que persigue es la producción de bienes y servicios con el menor uso de recursos, es decir, “producir más con menos”. Esta característica, a su juicio, es lo que hace sostenible el proceso en un mundo que cada vez dispone de menos recursos naturales y donde cada vez más personas integran las clases medias. “La escasez de recursos supondría un tapón imposible de superar para mantener en el futuro los estándares de vida a los que estamos acostumbrados”, apostilló.

El vertido cero es, por tanto, la conclusión del proceso de evolución hacia la economía circular, garantizando el éxito del mismo. “Con ello habremos conseguido evitar la generación de residuos todo lo que se puede, reciclar unas cantidades no inferiores al 70 por ciento y aprovechar la energía del resto, posibilitando que sólo los rechazos, que no deben ser superiores al 5 por ciento, acaben en vertedero”. 

Trasladó también que, en el caso de España, estamos en estos momentos en unas tasas de vertido del 60 por ciento, con lo cual “nos queda un camino muy largo por delante porque tenemos que revertir la situación, pero en todo caso se trata de una labor ilusionante y apasionante”, remarcó.

Para él, “el fallo ha sido haber empezado más tarde que los países europeos que nos sacan ventaja y en que no hemos sabido contabilizar todo lo que se recicla porque las cifras oficiales no incluyen lo que viene de la gestión privada, pudiendo incrementar el reciclado en 8 ó 10 puntos”. 

Estamos en el 38 por ciento de reciclado cuando hay que llegar al 50 por ciento, “requiriendo para ello de un notable esfuerzo económico y también de mucha inteligencia”.

En numerosos países se prohíbe el vertido de materiales reciclables o valorizables, pero en España no, indicando al respecto que “hay que establecer normas y hojas de ruta para que la gente sepa a qué carta jugar”.

Estados con vertido casi cero (2-3 por ciento) son los nórdicos, Suecia, Dinamarca, Alemania, Austria. “Son los campeones del reciclado y los campeones de la valorización energética, y han llegado a estos porcentajes  de vertido por una vía expeditiva: prohibir desde hace mucho tiempo llevar a vertedero los materiales reciclables o valorizables energéticamente y poner un precio disuasorio para el uso del mismo”.

En relación al nuevo Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR), el presidente de la Fundación para la Economía Circular está convencido de que “va en la buena dirección, aunque probablemente adolezca de falta de concreción, ya que se instala más en lo que hay que hacer y ojalá que se haga, que en el cómo lo que hay que hacer, de qué manera y en qué plazos para conseguir los objetivos”

Por su parte, el paquete europeo de economía circular pretende fijar las normas europeas para los próximos 15 años. Explicó que la Comisión retiró el paquete que ella misma había presentado hace más de un año para decir que en el plazo de otro año presentaría otro más ambicioso. “Optaron por empezar de cero, asegurando que mantendrían todo lo bueno del paquete anterior y que lo veríamos antes de Navidades”.

Incidió igualmente en que, con un 10 por ciento de valorización energética, es imposible llegar al vertido cero. “Aunque alcancemos un reciclado del 70 por ciento, nos quedaría un 30 por ciento que, o se valoriza energéticamente o se lleva a vertedero”. En este sentido, entiende que habría que multiplicar casi por tres la capacidad de valorización que hay actualmente en España.

Defiende que la educación ambiental es, sin lugar a dudas, uno de los pilares para poder avanzar en el tránsito de una economía lineal a otra circular, pero para conseguir grandes tasas de reciclado, “hace falta la máxima colaboración de los ciudadanos y que exijan a sus gobernantes que no se instalen en la pereza y el desinterés, poniendo remedio a los sistemas de gestión de residuos que tenemos ahora mismo”.

“El compromiso tiene que ser de todos, y las Administraciones y empresas deben cumplir su papel”, sentenció.