La entrada de residuos en las instalaciones de Sogama baja un 4,79% hasta septiembre
Estos datos vienen a enmarcarse en la Semana Europea de la Prevención de Residuos, un evento que, organizado por la Comisión Europea a través del programa Life+, se celebra entre los días 17 y 25 de este mes con la pretensión de concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad de reducir la producción de desechos.
Pero la menor generación de desperdicios no es exclusiva de Galicia y España, sino del conjunto de Europa. Según datos publicados por Eurostat, de una producción media comunitaria de 513 kg por habitante y año en el 2009, se pasó a 502 kg en 2010, lo que se traduce en 11 kilos menos. En el caso de España, el porcentaje resulta similar, descendiendo de los 547 kg del 2009 a los 535 del 2010, 12 puntos menos. No obstante, todavía supera las tasas de países tales como Bélgica, con 466 kilos, Suecia, con 465, Noruega, con 469, Francia, con 532 e Italia, con 531.
Galicia, por su parte, se sitúa por debajo de estas cifras, rondando los 440 kg/habitante y año, una cantidad que, a pesar de ser menor, el gobierno autonómico pretende rebajar. De ahí que el plan gallego de gestión de residuos urbanos 2010-2020 se haya propuesto reducir la producción de desperdicios en un 10 por ciento, ayudándose para ello de diversas campañas de concienciación ambiental que han venido intensificándose durante los últimos tiempos para alcanzar este objetivo. La Xunta también invertirá grandes esfuerzos en triplicar las tasas de reciclado (subiendo del 10 por ciento actual al 30 por ciento) y en minimizar el vertido final, bajando del 53 al 24 por ciento.
Consumo responsable
Los cambios en la forma de consumir por parte de los ciudadanos, mucho más cauta en el momento actual, ha hecho posible que la escalada ascendente en la generación de basura se haya frenado e, incluso, se haya aminorado; una tendencia que debe servir para introducir y mantener la racionalidad en nuestros comportamientos, apostando también por el máximo aprovechamiento de los productos una vez superada la difícil situación por la que España y el entorno europeo en general está atravesando.
Sencillos gestos tales como elaborar una lista previa de la compra, llevar nuestra propia bolsa de casa, adquirir artículos a granel y con el menor envoltorio y embalaje posible, sustituir las servilletas y pañuelos de papel por su versión en tela, así como las vajillas y cuberterías de plástico por las de cerámica, vidrio, acero o aluminio, constituyen, entre otras, acciones que, sin lugar a dudas, ayudarán a minimizar en gran medida la generación de desperdicios.
La planificación en el consumo de alimentos perecederos también adquiere relevancia en este contexto. La Comisión Europea alertaba hace poco de que arrojamos al cubo de la basura en torno al 20-25 por ciento de la comida que adquirimos, lo que contribuye a acrecentar su volumen, además de afectar a nuestras maltrechas economías familiares.
Con la pretensión de aportar su pequeño grano de arena, Sogama, con el apoyo de la Consellería de Medio Ambiente, editó en el 2011 un recetario de cocina a partir de sobras de alimentos “Para repañar o prato!”, que se encuentra a disposición de todos los interesados en su página web http://www.sogama.es/gl/info/publicacions.
Reducir, reutilizar y separar para reciclar derivará en un importante ahorro para nuestros bolsillos, ya que, además de evitar adquisiciones innecesarias, beneficiará igualmente a las arcas locales, pues no debe olvidarse que los concellos pagan a Sogama por tonelada de residuo en masa entregado en sus instalaciones. En este escenario resulta evidente que una disminución de la cantidad de basura remitida a esta empresa pública hará posible un menor desembolso para los municipios, extremo al que también contribuirá una correcta recogida selectiva en origen, pues clasificando adecuadamente los desechos por tipologías, no sólo recibirán ingresos por el reciclado de los mismos, sino que aminorarán en gran medida el importe de las facturas emitidas por la Sociedade Galega do Medio Ambiente.
Eurostat también se hace eco de la situación de los sistemas de tratamiento de los residuos urbanos en el entorno comunitario, apuntando que, mientras que en 2010, y respecto al año anterior, la media de incineración con recuperación de energía subió en 2 puntos, pasando del 20 al 22 por ciento, el reciclaje lo hizo en un punto (del 24 al 25 por ciento), manteniéndose el vertedero en el 38 por ciento.
En España la tendencia es distinta, toda vez que la incineración, al igual que en años anteriores, se perpetúa en el 9 por ciento y el reciclaje lo hace en el 15 por ciento, lo que deriva en un alarmante aumento de las tasas de vertido, que escalan del 52 al 58 por ciento. Los países que más incineran, como es el caso de Alemania, son también los que más reciclan y los que menos vierten. El Estado germano alcanzó en 2010 el 38 por ciento de valorización energética y el 45 por ciento de reciclaje, circunstancia que ha derivado en un vertido del 0 por ciento.
En Galicia, los bajos niveles de reciclado (10 por ciento) y unas tasas de vertido posicionadas en el 53 por ciento obligan a un mayor esfuerzo. Con la ayuda de una mayor concienciación ciudadana y la creación de nuevas instalaciones de tratamiento de residuos, la Comunidad conseguirá mejorar estas cifras, avanzando hacia la denominada “Sociedad del Reciclado”, una sociedad que no sólo evite la producción de basura, sino que también la utilice como recurso.