Industria ha planteado la convocatoria de 200 MW de biomasa, tanto para las plantas que aprovechan cultivos energéticos y los residuos agrícolas y forestales que se recogen directamente en el campo, como para las plantas que aprovechan los residuos de las industrias agrícolas y forestales, es decir, que son subproductos de un proceso de transformación, como la biomasa sobrante tras el prensado de la aceituna en una almazara.

La retribución planteada para ambos tipos de plantas es la misma. Y coincide con la retribución aprobada en junio de 2014 -que sirvió para ejecutar el recorte de ingresos- para el primer tipo de instalaciones, pero es superior para el segundo; según el análisis realizado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) "para este subgrupo específico la convocatoria podría resultar más atractiva".

Fuentes del la Sección de Biomasa de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPABiomasa) indican que esa aparente ventaja desaparecerá con la subasta que servirá para adjudicar los 200 MW de la convocatoria, porque implícitamente se exigirá ese descuento a los participantes.

La CNMC no se adentra en ese terreno, y se limita a considerar la propuesta "excesivamente ambiciosa", porque en la actualidad sólo hay 514 MW de potencia instalada entre ambos tipos de tecnología. Por otro lado, cree que es "no consistente" con el actual objetivo para ambas, que asciende a 260 MW.

En general, la explotación de la biomasa con fines energéticos exige un complejo sistema de abastecimiento de materias primas que hacen extraordinariamente difícil su desarrollo.