Los riesgos de 2024 según el Foro de Davos: la desinformación y los climas extremos
Este mes se ha hecho público el Informe sobre los Riesgos Globales para 2024. Un documento en el que el Foro Económico Mundial (WEF) alerta sobre las implicaciones de la desinformación y la incertidumbre económica a corto plazo y de los eventos climáticos extremos a largo plazo.
Los expertos advierten de que un mundo multipolar y fragmentado marcará el devenir de la próxima década. Lo define la directora general del Foro Económico Mundial, Saadia Zahidi, como un "orden global inestable" y alerta de que las narrativas "polarizadas", la inseguridad, el clima extremo y la incertidumbre económica están acelerando los riesgos.
Es así que el Foro Económico mundial pide a los líderes de todo el mundo que pongan en marcha medidas para mitigar estos desafíos. Lo cierto es que el alza del coste de la vida, la desinformación derivada de una inteligencia artificial emergente y su consecuente polarización social suponen importantes amenazas para el orden global en este 2024.
A corto plazo, el informe enumera como principal riesgo la desinformación, le siguen los eventos climáticos extremos, la polarización social, la ciberinseguridad, los confictos armados entre países, la inflación, la migración involuntaria, la recesión económica o la contaminación. A largo plazo enumera, por orden, los climas extremos, el cambio en los ecosistemas terrestres, la pérdida de biodiversidad, la falta de recursos naturales, las implicaciones de la inteligencia artificial, la polarización social o la contaminación.
El informe pone de relieve el vínculo entre la desinformación, los extremismos y el riesgo que implican para un ejercicio marcado por múltiples convocatorias electorales, entre ellas en Europa y en Estados Unidos. En este sentido los conflictos armados entre países se erigen como la quinta mayor preocupación para los próximos dos años, con la vista puesta en las tensiones entre Israel y Palestina y la guerra de Rusia en Ucrania y su posible contagio a otras zonas del mundo.
Se refiere también el informe a la incertidumbre económica que marcará el devenir de los próximos ejercicios, con una previsible ralentización del crecimiento y las dudas que suscitan ciertos avances tecnológicos.
La falta de oportunidades en el espectro económico se articula como la sexta mayor preocupación para los próximos dos años. Conlleva desafíos a largo plazo en términos de barreras económicas que pueden dibujar segmentos sociales muy marcados y limitar las oportunidades económicas. Y es que los países en conflicto o con riesgos climáticos podrían verse excluidos de las inversiones y también de la creación de empleo, lo que podría llevar a un alza en la criminalidad, la militariazación y la radicalización.
Entre los peligros a corto y largo plazo figuran los eventos climáticos extremos. Las condiciones climáticas extremas podrían conllevar, en horizone más alejado, una pérdida de la biodiversidad, así como el colapso de ciertos ecosistemas o la pérdida y escasez de recursos naturales. Los expertos encuestados manifestaron divergencia sobre la urgencia de tales riesgos. Mientras los del sector privado cree que la mayoría de los riesgos medioambientales se materializarán en un periodo de tiempo más largo, la sociedad civil o los gobiernos advierten del riesgo de superar un punto de no retorno.
El informe pide a los líderes que ponga en marcha acciones para atajar estas preocupaciones impulsando la cooperación entre países, pero también a través del consenso sobre la integración de la inteligencia artificial en la toma de decisiones. Pide, además, que se pongan en marcha campañas digitales para advertir sobre los riesgos de la desinformación o impulsar la investigación sobre modelos climáticos y tecnologías para acelerar la transición verde, implicando tanto al sector público como al privado.
[Este contenido procede de El Economista. Lee el original aquí.]