La ciudad de México es adicta a las botellas de agua. Por alguna razón, en lugar de comprar su agua en garrafones, prefieren comprar botellas de varios tamaños y colores. Lo cierto es que esta práctica, además de generar toneladas de desechos, pone en alto riesgo la salud.

Se sabe que las botellas de plástico, algunos termos y refractarios contienen Bisfenol A, el BPA. Este compuesto plástico que se encuentra en envoltorios, cajas y hasta pasta de dientes, se absorbe fácilmente en el día a día, al consumir alimentos que vienen envueltos en el material y, claro, en los refrescos y aguas embotelladas.

El estudio realizado por el toxicólogo Justin Teeguarden, del Pacific Northwest National Laboratory en Richland, asegura que las personas expuestas al BPA pueden desarrollar cambios cardiovasculares, alteraciones en el comportamiento de los niños, síntomas prediabéticos, deficiencias reproductivas... hasta problemas cognitivos.

Es necesario tener distintas opciones para evitar el consumo de agua embotellada. En un principio pueden resultar caro, sin embargo, a la larga representará un ahorro directo e indirecto.

Comprar un purificador de agua. Estos sistemas se parecen a un jarra, sólo que están dividido en dos partes; arriba, donde se vierte el agua del grifo; pasa por un filtro y, en la parte de abajo, se recolecta el agua lista para  beber.

La mejor opción son las botellas de vidrio. Hay unas que vienen con filtro para el agua, otras son más rústicas o más deportivas (muy parecidas a un termo de plástico). En sí, recomiendan tener el agua natural en jarras de vidrio para alcanzar la temperatura ambiente. Igual al tomar el agua, hay que elegir vasos de vidrio.