Parada de autobús fabricada con botellas de vidrio, iluminación LED y panel de energía solar
Una interesante iniciativa de reciclaje tuvo lugar en la ciudad de Lexington, en el estado de Kentucky (Estados Unidos). Allí, una organización de voluntarios sin ánimo de lucro llamada Art in Motion apoyó y patrocinó a Aaron Scale, un joven estudiante de la University of Kentucky College of Design que diseñó una parada de autobuses construida con botellas de vidrio recicladas, iluminación LED y un panel de energía solar fotovoltaica que contribuye a iluminarla por las noches. Vamos, todo un ejemplo de sostenibilidad y ecologismo.
Art in Motion apoyó este bonito proyecto, no sólo por su valor intrínseco (reciclaje de botellas de vidrio, ahorro energético, energía renovable…) sino porque existen estudios que demuestran que “el arte público y la mejora de las instalaciones, como puede ser una parada de autobús, aumentan el uso del transporte público”. Durante el día, los filtros de luz solar acumulan energía y por la noche la parada se ilumina suavemente a través de un sistema de iluminación LED que, como ya sabéis, apenas requiere consumo energético. Otra de las grandes bondades de esta original parada de autobuses ecológica es que durante el día, las botellas garantizan una curiosa sombra verdosa que contrarresta el calor y los rayos de sol.
Esta parada de autobuses desarrollada por Scale en Estados Unidos nos parece una bonita forma de reutilizar botellas de vidrio y generar conciencia medioambiental, puesto que el reciclaje, las energías renovables y el ahorro energético serán herramientas indispensables en la lucha por un planeta más limpio y sostenible. En España podemos aportar nuestro granito de arena llevando las botellas de vidrio al iglú verde, donde se depositan todos los envases de vidrio -botellas, tarros y frascos- sin tapones ni tapas, para su posterior reciclaje.
Y aprovechamos la ocasión para animar a todo el mundo a usar el transporte público para moverse por la ciudad cuando no se pueda ir a pie o en bicicleta. De esta forma el país se ahorrará un buen dinero en petróleo y nosotros en gasolina -entre otros gastos asociados-. También evitaremos ‘daños colaterales’ de coger el coche como son atascos, ruidos, contaminación ambiental, accidentes y estrés.