Peligros para la salud por la quema de residuos en la cementera de Aboño (Asturias)
La Coordinadora Ecoloxista ha solicitado al Principado que retire las autorizaciones para la quema de residuos en la cementera de Aboño, de acuerdo a las numerosas sentencias que están tumbando las autorizaciones concedidas para estas quemas, por su impacto sobre la salud de los colindantes.
Hay que recordar que el Principado autoriza a la misma empresa a quemar cientos de toneladas de residuos cada año. En estos últimos años han quemado ya 20.000 y ahora pretende aumentar hasta las 85.000 toneladas de residuos diversos para quemar en la cementera.
Hasta ahora tiene autorizado la quema de los siguientes residuos:
- Neumáticos fuera de uso desde el año 2008.
- Residuos pesados de fragmentación de vehículos, fundamentalmente plásticos de automóviles, con un contenido significativo en cloro desde el año 2012.
- Residuos domésticos y residuos asimilables generados en comercios, industrias e instituciones, sin determinar cuales pueden ser desde el año 2012.
Hay que recordar que Carreño es el concejo con el aire mas contaminado de Asturias donde viven miles de personas a su alrededor, a pesar de ello el Principado permite la quema de los residuos despreciando el impacto que esta tiene en la salud de los colindantes, hay que recordar que la zona central asturiana encabeza el ranking de zonas contaminadas por partículas de España en los últimos años.
Esta peligrosa practica de incinerar residuos en una cementera, que esta preparada para hacer clinker para cemento, no destruir residuos, esta muy cuestionada en toda España, donde se están revocando la autorización para quemar residuos ante la presión ciudadana por la contaminación asociada que genera en la zona de la cementera.
Hay que recordar que la combustión de estos residuos especiales genera productos contaminantes, algunos muy perjudiciales para la salud humana; Metales Pesados, Xileno, Hollín, Benceno, Fenoles, Óxidos de plomo, Tolueno. Se generará unas emisiones significativas (desde la perspectiva de salud y medioambiental) de PAH (hidrocarburos aromáticos policíclicos) y de Benceno con demostrados efectos cancerígenos ambos, y probables alteradores endocrinos. Son elementos muy volátiles por lo que escapan con facilidad a las técnicas de filtrado de gases. Dado que pueden ocasionar perdida de salud también a bajas dosis, así como su presencia ubicua en alimentos y suelos, representan un serio problema de salud pública.
Un segundo grupo de contaminantes emitidos se centra en las micro partículas y los óxidos de plomo y de zinc. Si bien estos metales son elementos poco volátiles, con la presencia de cloro en el horno se pueden generar cloruros de plomo y de zinc, sustancias estas más volátiles y por tanto con una presencia significativa en las emisiones. Además para el caso del plomo se acepta como demostrada su acción como disruptor endocrino, por lo que dada su extrema ubicuidad en el medio, habríamos de partir de que no existen límites seguros. Respecto del zinc además de su afectación a la salud, su mayor riesgo en procesos de combustión con presencia de cloro es que actúa como catalizador en la generación de dioxinas.
Esta demostrado que en los procesos de combustión se generan dioxinas, pudiéndose incrementar esta generación con la incineración o coincineración de residuos. En cuanto a la dispersión de la contaminación, por su gravedad destaca también la que se va a realizar mediante el propio cemento fabricado, Este cemento contaminado no tendrá control ninguno en cuanto a su utilización, manejo y dispersión, sino en la salud de los trabajadores que lo manipulen y en el agravamiento de la futura gestión de los residuos generados en el sector de la construcción.
La destrucción térmica de los residuos es la peor forma de gestionar los residuos por su fuerte impacto ambiental asociado, y por la destrucción de materias primas que no pueden ser recuperadas ni recicladas en otros procesos. Las presiones que están haciendo las cementeras para conseguir gestionar los residuos como combustible no solo significan un riesgo para los colindantes y el medio ambiente, sino una perdida de calidad cierta del cemento fabricado.
La planta de producción de cemento tiene graves problemas ambientales en su proceso y ha duplicado su tamaño se está convirtiendo en una planta de tratamiento de residuos industriales con los riesgos que suponen para los colindantes, todo para abaratar costes a cuenta de la salud de los colindantes. Asturias tiene que mirar lo que ha sucedido en otros lugares para pensar en que aquí estamos tragando lo que no quieren en otros lados.
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