Petrobras fabricará combustible a partir de residuos de pescado
La petrolera pública brasileña, Petrobras, está intentando producir biodiésel a partir de desechos acuícolas a través de la división Petrobras Biocombustibles. La compañía utiliza restos que reúnen en un enclave piscícola de Ceará, un Estado de la región nordeste de Brasil. Aunque por el momento se está empezando en un área limitada, tienen previsto expandir este procedimiento por todo el país.
En una primera etapa, según las estimaciones de la petrolera, se tratarán 4,55 toneladas de residuos de pescado para elaborar aceites y grasas residuales que serán la base para producir el biodiésel. La utilización de vísceras de pescado con el fin de producir óleo asegura un biodiésel con materia prima de calidad, como incita el programa nacional de producción y uso de biodiésel, que otorga el sello combustible social -que proporciona el Ministerio de Desarrollo Agrario- con el que se distingue el combustible que, con su proceso de elaboración, ayuda a encontrar una medida a problemas como la inclusión social de productores rurales, generar empleo y reducir la dependencia del petróleo. Además, es beneficioso para ambas partes, ya que los piscicultores brasileños reciben un ingreso extra con la venta de los residuos y la empresa que recibe el sello puede beneficiarse de una reducción de impuestos y usar además ese emblema como certificado de origen o marca.
Esta iniciativa cuenta con el respaldo del Ministerio de Pesca y Acuicultura del Gobierno de Dilma Rousseff. En palabras de Helder Barbalho, ministro de pesca: "Es una gran noticia para los acuicultores, quienes además de vender carne de pescado, cada vez más apreciada por la población por ser nutritiva y saludable [9,8 kilos por persona y año, frente a los 28 de España], pueden comercializar desde la piel de los peces para la artesanía hasta sus vísceras y los residuos del procesamiento"
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), indica que aunque es ahora cuando ha llamado un mayor interés, esta no es una nueva tecnología. Además, se trata de un procedimiento simple y económico, que no necesita demasiada inversión, ya que la fabricación comienza con el prensado de los residuos de pescado; el aceite se extrae a partir de un procedimiento de separación de agua a 90 grados, es mezclado con metanol (alrededor del 9 %) y sosa cáustica (con el fin de separar la glicerina a partir de la biodiésel). El combustible es purificado más tarde a partir de la adición de manganeso, para conseguir un ajuste a los motores. Un kilo de desechos de pescado, según la FAO, produce más de un litro de biodiésel.
Fuente: La Voz de Galicia