Polémica sobre las balas de basura acumuladas en Sta. Mª del Páramo (León)
Ecologistas en Acción se ha dirigido a la “Mancomunidad para la gestión de los residuos sólidos urbanos de la provincia de León” (GERSUL) preguntando por el tratamiento, previo al vertido en el vaso de rechazos, que recibirán los residuos contenidos en las balas acumuladas entre mayo de 2001 y septiembre de 2004 en Santa María del Páramo, unas 370.000 toneladas de residuos sólidos urbanos (RSU) procedentes de los municipios de León y Alfoz.
Además de separar y retirar los residuos inadmisibles por su peligrosidad (pilas, desechos de aparatos eléctricos y electrónicos, restos de productos químicos contenidos en todo tipo de envases, medicamentos, etc.) habrá que recuperar y reciclar todos los materiales aprovechables (metales, plásticos, vidrio, madera...) siguiendo la jerarquía impuesta al tratamiento de residuos.
Las instalaciones del Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) de San Román de La Vega, son las únicas en la provincia de León que están autorizadas para el tratamiento, y depósito final en vertedero de la fracción rechazo , de los RSU generados en esta provincia.
Cabe recordar que también será necesario retirar de la finca del Busto las zahorras que se utilizaron para asentar los fardos de basura, unos 40.000 metros cúbicos (según datos del estudio de impacto ambiental del sellado de las balas -que fue objeto de alegaciones por parte de Ecologistas en Acción). Estas zahorras, ahora contaminadas, deberán ser trasladadas a un vertedero de inertes para su descontaminación y reutilización.
Todo ello en cumplimiento de la Ley 22/2012 de residuos y suelos contaminados, Real Decreto 1481/2001 de vertederos y demás normativa medioambiental de aplicación.
La problemática de estas balas de basura, que llevan 14 años esperando encontrar un destino final, ilustra de manera elocuente el fracaso del actual sistema de gestión de los RSU y pone de manifiesto la urgente necesidad de avanzar hacia un modelo distinto, sostenible y descentralizado, que priorice la prevención de la generación de residuos mediante la aplicación de planes “residuo cero”. Estos planes, que están funcionando con éxito en distintos lugares del mundo, consiguen elevados porcentajes de recuperación y reciclado. Se basan en el compostaje de la materia orgánica, que hay que recoger separada del resto (y no mezclada, como ahora se hace) y en el retorno de los envases para su reutilización. Los planes “residuo cero” han demostrado que es posible minimizar el impacto ambiental de los vertederos y evitar la peligrosa incineración que, en la provincia de León, se podría hacer en las cementeras de La Robla y El Bierzo.