Prácticas para la Reducción de Metano en la Agricultura: Evidencia Empírica de su Eficacia en el Terreno

Los métodos de gestión del estiércol, como la digestión anaeróbica y el compostaje, ayudan a capturar o reducir el metano. Las innovaciones tecnológicas permiten un mejor monitoreo y verificación de estas estrategias. Sin embargo, barreras como la financiación, los desafíos regulatorios y la resistencia al cambio ralentizan el progreso.
Entendiendo el problema del metano en la agricultura
El desafío que plantean las emisiones de metano en la agricultura es considerable: el sector representa aproximadamente el 40% de las emisiones de metano de origen humano.
El ganado, en particular los rumiantes como el ganado vacuno y ovino, contribuye significativamente, y la fermentación entérica por sí sola representa aproximadamente el 73 % de las emisiones de metano de la agricultura. Este potente gas de efecto invernadero es 80 veces más eficaz que el dióxido de carbono durante un período de 20 años, lo que lo convierte en un objetivo fundamental para la mitigación del cambio climático. Desde la década de 1980, los niveles atmosféricos de metano se han disparado, lo que plantea desafíos singulares, especialmente durante los períodos de reducción de las emisiones de dióxido de carbono.
Para abordar este problema, se están desarrollando estrategias para reducir las emisiones de metano. Mejorar la dieta del ganado y adoptar prácticas avanzadas de gestión, como técnicas alternativas de humectación y secado en el cultivo de arroz, puede mitigar considerablemente las emisiones.Estos enfoques específicos son cruciales para promover prácticas agrícolas sostenibles y al mismo tiempo abordar la necesidad urgente de mitigar el cambio climático.
Repensando la dieta del ganado: de las algas a los suplementos
Los enfoques innovadores para la alimentación del ganado se están convirtiendo en una estrategia crucial para reducir las emisiones de metano en la agricultura. La incorporación de aditivos alimentarios, como las algas rojas (Asparagopsis), ha demostrado ser prometedora para reducir significativamente la producción de metano.
Los estudios indican que las algas rojas pueden reducir las emisiones hasta en un 90%, con una efectividad real de alrededor del 30%. Las mejoras nutricionales en las dietas, incluida una mayor digestibilidad, también se han relacionado con una mayor productividad y una reducción de las emisiones de metano.
Estas estrategias dietéticas no sólo mitigan las emisiones de metano, sino que también contribuyen a prácticas de gestión ganadera más sostenibles.
Gestión eficaz del estiércol: de la digestión anaeróbica al compostaje
La gestión eficaz del estiércol desempeña un papel fundamental en la reducción de las emisiones de metano de las prácticas agrícolas, complementando las estrategias dietéticas que apuntan a las emisiones en la fuente.
Se están adoptando diversos sistemas de gestión del estiércol para optimizar la reducción de metano, entre ellos:
- Digestión anaeróbica: Captura metano para uso energético, ideal para fincas más grandes con considerable capacidad de inversión.
- Separación sólido-líquido: Reduce las emisiones de metano hasta en un 60% mediante la separación mecánica, proporcionando una alternativa rentable a los digestores.
- Compostaje: Favorece la descomposición aeróbica, lo que reduce considerablemente la producción de metano en comparación con las condiciones anaeróbicas.
- Acidificación: Un método utilizado en Dinamarca que puede reducir el metano hasta en un 89% al crear un entorno desfavorable para los microorganismos productores de metano.
El papel de la tecnología: seguimiento, verificación e innovación
La tecnología desempeña un papel fundamental en los esfuerzos de la agricultura moderna por reducir el metano. Herramientas avanzadas, como sistemas y sensores de agricultura de precisión, facilitan la monitorización eficaz de la salud y la dieta del ganado, optimizando la eficiencia alimentaria y minimizando las emisiones derivadas de la fermentación entérica.
El uso de aditivos alimentarios innovadores , como el 3-NOP y las algas rojas, ha demostrado ser prometedor en la investigación, con la posibilidad de reducir la producción de metano durante la digestión hasta en un 90 %. Además, la tecnología de separación sólido-líquido para la gestión del estiércol puede lograr reducciones de emisiones de metano de hasta un 60 %, lo que representa una alternativa rentable a los métodos tradicionales. También se están investigando nuevas vacunas antimetano, que indican posibles reducciones de alrededor del 30 %.
Además, las tecnologías de monitoreo y verificación, como la teledetección y los datos satelitales, son cruciales para evaluar con precisión las emisiones de metano y evaluar la efectividad de estas estrategias de reducción, garantizando así que las prácticas agrícolas se alineen con los objetivos de sostenibilidad.
Barreras a la adopción: ¿Qué está frenando el progreso?
Si bien existen prácticas prometedoras para reducir el metano, varias barreras impiden su adopción generalizada en el sector agrícola.
La financiación y los recursos limitados impiden a los agricultores acceder a tecnologías eficaces que podrían facilitar la reducción del metano. Muchos agricultores tienen dificultades para cambiar de prácticas tradicionales a soluciones innovadoras debido a la falta de apoyo personalizado.
Además, los marcos regulatorios suelen favorecer las operaciones a gran escala, dejando a las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas sin los incentivos financieros necesarios. La resistencia al cambio también es frecuente, ya que algunos agricultores temen los costos y los posibles impactos en la productividad.
Estos factores en conjunto ralentizan la adopción de prácticas de reducción de metano, lo que en última instancia obstaculiza el progreso hacia soluciones agrícolas sostenibles.
Mirando hacia el futuro: escalar soluciones sostenibles para reducir las emisiones de metano
La urgencia de abordar el problema del metano en la agricultura ha impulsado un movimiento hacia la ampliación de soluciones sostenibles que prometen importantes beneficios ambientales.
Las estrategias destinadas a reducir las emisiones de la ganadería están ganando terreno, con prácticas como la implementación de aditivos alimentarios inhibidores de metano, incluidos 3-NOP y algas rojas, que muestran un potencial de reducción del 30% al 90% en la producción de metano entérico.
Además, se están adoptando técnicas innovadoras de gestión del estiércol, como los digestores anaeróbicos, para mitigar las emisiones de metano. Marcos de colaboración, como el Compromiso Mundial sobre el Metano , involucran a más de 100 países en un compromiso para reducir las emisiones de metano en un 30 % para 2030, lo que subraya la necesidad de cooperación internacional para abordar este gas de efecto invernadero agrícola crítico.
Además, las prácticas alternativas en el cultivo del arroz, como la humectación y el secado alternativos, pueden lograr reducciones de entre el 40 y el 45% en las emisiones de metano, lo que demuestra la viabilidad de estas soluciones sostenibles para mejorar la resiliencia ambiental y económica en la agricultura.
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