Proyecto de aerogeneradores sin aspas
Hace tres años un equipo de la empresa española Vortex Bladeless, junto al apoyo de Repsol, trabaja convencido en que este proyecto puede dar una nueva opción a la energía eólica: un aerogenerador sin aspas o, como ellos lo llaman, un aerogenerador piezoeléctrico por vorticidad.
La idea surgió de la preocupación por los molinos cada vez más grandes y más potentes que fabrica la industria, sin considerar que, a pesar de ser un tipo de energía renovable no convencional, de todas maneras puede impactar negativamente en el medioambiente, causando la muerte de algunas aves, contaminación acústica o modificando el paisaje, por ejemplo.
Si bien la falta de las aspas hace que se genere un 30% menos de la energía producida en molinos convencionales, este diseño permite ahorrar la mitad de los costes, ya que tanto su mantenimiento como su instalación resultan mucho más baratos
Como explica David Suriol, uno de los artífices del proyecto, "nosotros hemos desarrollado un aerogenerador que elimina muchas de las partes móviles y mecánicas del molino de aspas que todos conocemos, permitiendo reducir notablemente los costes de fabricación y explotación y, por tanto, desarrollando una energía más económica y sostenible."
Un cono invertido de unos 12,5 metros de altura absorbe la energía del viento a través de materiales piezoeléctricos que actúan a partir de los remolinos se generan con la acción del aire cuando la hace vibrar. Los materiales piezoeléctricos son cristales con capacidad de polarizar eléctricamente su masa mediante tensiones mecánicas, con lo que aparece una diferencia de potencial y cargas eléctricas en su superficie.
Explicado de manera más sencilla, es como lo que genera el viento en el pelo de una persona. El movimiento del pelo serían los remolinos o vórtices que genera el viento al rozar la cara, que sería la que absorbería la energía generada por la oscilación, en este caso, del mástil.
Otra de las ventajas de este prototipo es que puede ser instalado en lugares donde el viento viaja a menos de un metro por segundo.
Por otra parte, dado que el sistema no tiene ni engranajes, ni rodamientos, ni elementos mecánicos que provoquen un desgaste a causa del roce, los ingenieros insertaron un pequeño dispositivo situado de la mitad hacia abajo del mástil que se basa fundamentalmente en la acción de los imanes. Dicho diseño permite ahorrar los 300 litros de aceite que necesita un molino con aspas al año.
Los próximos pasos
El proyecto se encuentra en su fase final, por lo que a principios de 2016 el molino sin aspas será una realidad. Luego de esto, Vortex continuará trabajando en un molino más grande, de unos 100 metros de altura, capaz de generar un megavatio; y a largo plazo, el objetivo de este grupo de ingenieros es instalarse en el mar, dada la potencia del viento que hay en ese entorno.