Reparabilidad, el pilar de la apuesta de la UE por la Economía Circular
La reparabilidad de los productos emerge como un concepto fundamental en la economía circular, un enfoque en ascenso tanto en la Unión Europea como en otras regiones del mundo, como respuesta a los desafíos ambientales y económicos inherentes a la producción y el consumo. Lejos del modelo lineal de «extraer, fabricar, desechar», la economía circular se centra en cerrar el ciclo de vida de los productos, maximizando su utilidad y minimizando el desperdicio.
En términos de cifras, un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) destaca que únicamente un 35% de los residuos electrónicos se recogen y reciclan adecuadamente en la UE, subrayando la necesidad de mejorar la reparabilidad y durabilidad de los productos para reducir la generación de residuos. Además, según la Comisión Europea, prolongar la vida útil de los productos electrónicos en la UE en solo un año podría ahorrar hasta 4 millones de toneladas de emisiones de CO2.
Dos iniciativas clave para la mejora de la soberanía industrial y la sostenibilidad de la UE
En la UE, la Comisión Europea lidera la promoción de políticas destinadas a mejorar la reparabilidad de los productos. El objetivo es fomentar la durabilidad y la capacidad de reparación en los bienes de consumo, lo que puede conducir a una significativa reducción de residuos y a la preservación de recursos naturales.
En concreto, en los últimos años se han puesto en marcha dos iniciativas legislativas que serán clave para mejorar la circularidad y reparabilidad de productos en la UE.
Directiva del Derecho a Reparar (R2R)
El Consejo y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo provisional en febrero 2024 sobre la Directiva del Derecho a Reparar (R2R), que simplifica y hace más accesible la reparación de bienes defectuosos.
Esta legislación obliga a los fabricantes a reparar productos según requisitos específicos, estableciendo un marco claro para el acceso y la disponibilidad de servicios de reparación. Con esta directiva, la UE no solo busca prolongar la vida útil de los productos, sino también reducir los residuos, crear empleos de calidad y disminuir la dependencia de materias primas extranjeras.
En consonancia con la creciente preocupación por la autonomía energética de la UE, la R2R también se alinea con los esfuerzos para fortalecer la soberanía industrial y reducir la dependencia de materias primas extranjeras. Al promover la reparabilidad de los productos y fomentar una mayor producción y consumo internos, la UE también aspira a mejorar la sostenibilidad ambiental y la resiliencia económica, reduciendo su exposición a interrupciones en las cadenas de suministro globales.
Reglamento sobre diseño ecológico
Además, el Consejo ha adoptado el Reglamento sobre diseño ecológico que establece requisitos para los productos sostenibles, reemplazando la directiva de diseño ecológico existente y ampliando su alcance. Este reglamento introduce nuevos requisitos como durabilidad, reutilización, actualización y reparabilidad del producto. También aborda aspectos como la presencia de sustancias que obstaculizan el reciclaje, la eficiencia energética y de recursos, el contenido reciclado, la remanufactura y el reciclaje, así como las huellas de carbono y otros impactos ambientales. Además, se incluyen requisitos de información, como un pasaporte de producto digital.
Las empresas tendrán un plazo de 18 meses para cumplir con estos estándares. Este reglamento también establece criterios de ecodiseño para la contratación pública y prohíbe directamente la destrucción de textiles y calzado no vendidos, mientras que la Comisión tendrá autoridad para expandir estas prohibiciones a otros productos en el futuro.
Desafíos y oportunidades de la reparabilidad en España
El correcto aprovechamiento de estas políticas europeas en España requiere una implementación adecuada, adaptada a la realidad local y en colaboración con el sector privado. Si bien España ya ha extendido las garantías legales y obliga a las marcas a facilitar la reparación, es crucial asegurar la armonización de estas políticas con otras normativas y su aplicación a nivel nacional.
Las instituciones españolas deben desempeñar un papel crucial en la difusión de estas normativas, trabajando estrechamente con empresas y ciudadanos para garantizar una comprensión y aceptación generalizadas. Esto implica proporcionar información clara y accesible sobre los derechos y responsabilidades relacionados con la reparabilidad de los productos, así como establecer mecanismos efectivos para facilitar el acceso a servicios de reparación.
El diálogo y la colaboración con el sector privado son fundamentales para impulsar la economía circular en España. Las empresas deben ser incentivadas a adoptar prácticas de producción y reparación sostenibles, y a colaborar con talleres de reparación y otras entidades del sector. Este enfoque colaborativo no solo beneficiará al medio ambiente, sino que también puede generar nuevas oportunidades económicas y de empleo en el país.
AUTOR: Antonio Troccoli Ycaza, consultor de Asuntos Públicos en Grayling España
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de Ethic. Lee el original aquí]