Reparar o Descartar: Metales Preciosos, Geopolítica y el Problema de los Desechos Tóxicos
“El diagnóstico más habitual es que la batería ya no sirva. Lo malo es que suelen venir integradas y es cada vez es más difícil abrir un teléfono inteligente para acceder a su interior. Cuando lo conseguimos, hacemos un par de comprobaciones y, si efectivamente el problema es la batería, la podemos cambiar”, dice a SINC uno de los reparadores que se afanan en devolver a la vida los aparatos electrónicos estropeados que los vecinos llevan a Repair Café en Medialab Matadero.
A su lado, tres manitas más y unos diez usuarios charlan mientras examinan y arreglan una tostadora, un portátil, una cafetera. Los reparadores son ingenieros aficionados que ofrecen su trabajo durante un par de horas cada sábado de forma altruista. “Si hay que cambiar una pieza, eso sí lo paga el usuario”, aclara Javier Vázquez, responsable de comunicación de Repair Café.
Por su mano de obra, cobran “la simpatía y la conversación de la gente”, nos confía. “Surgen temas muy interesantes que nos permiten hablar y concienciar sobre el medioambiente y la economía circular. Además, los vecinos comparten información muy útil que nos sirve para ampliar nuestro directorio de abastecimiento de piezas, ferreterías, talleres”.
Minerales preciosos en el móvil
“Se llaman estratégicos porque se importan de fuera –China, África, Sudamérica o Rusia– y, una falta de abastecimiento supondría el cese de la fabricación de los productos que los necesitan –toda la electrónica que usamos–“, explica a SINC el ingeniero metalúrgico José Manuel Torralba, director del Instituto IMDEA Materiales y catedrático en la Universidad Carlos III.
Hablamos de cobre –presente en casi todo–, aluminio, hierro, cromo, níquel, cobalto, oro, platino, silicio, estaño, de tierras raras como neodimio, escandio o itrio. O del litio de las baterías, un mineral escaso que solo proviene de China, Chile y, en menor grado, de Australia. “Hoy en día, cualquier aparato electrónico pequeño incluye 30 o 40 metales diferentes”, observa Torralba.
Del punto limpio... a China
A pesar de que esas materias primas son tan valiosas, sin embargo, todavía no existen en la Unión Europea plantas de reciclado donde se puedan recuperar cuando el aparato terminó su vida útil. Eso no significa que los puntos limpios no sirvan de nada, como recuerda a SINC Rafael Serrano, director de Asuntos Públicos y Comunicación de Fundación Ecolec, formada por fabricantes para la gestión de residuos electrónicos.
En suelo europeo tenemos algunas fábricas que se ocupan de las primeras fases. Pero lo habitual es exportar lo que queda de vuelta a China, donde se completan las últimas fases de recuperación de minerales valiosos. Aunque no todos. “Solo se recicla el 17 % de la basura electrónica. Y, de este porcentaje, solo se recuperan dos o tres elementos. El resto se tira a vertederos”, nos cuenta Torralba.
Para romper este círculo vicioso de dependencia, la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales, aprobada en marzo de este año, dicta el objetivo para 2030 de extraer, al menos, el 10 % de las contenidas en los aparatos que desechamos los europeos.
[Este contenido procede de Agenciasinc Lee el original aquí]