Seis ideas para empezar el año de forma más ecológica
Año nuevo, vida nueva ecológica. Acciones como reciclar, ir en bicicleta al trabajo o utilizar la energía o el agua de manera más eficiente, además de ayudarnos a ser más respetuosos con nuestro entorno, pueden ahorrarnos dinero en nuestra vida cotidiana. Este artículo ofrece seis ideas para empezar el año de forma más ecológica.
1. Reducir el impacto ambiental de las Navidades
Las promesas o los buenos propósitos para empezar el año pueden incluir el aspecto ambiental
Tras las fiestas navideñas, se generan una gran cantidad de residuos que se pueden reciclar. Para ello hay que separarlos de forma conveniente. Los más comunes suelen ser el papel y cartón de los regalos, que van al contenedor azul; los envases de plástico, al amarillo; y las botellas de vidrio, al verde.
Los alimentos sobrantes de las cenas y comidas en Nochebuena, Navidad y Nochevieja se pueden conservar envasados en la nevera y en el frigorífico para no desperdiciarlos. Si hemos tenido un abeto natural como decoración navideña, se puede llevar a algún lugar donde puedan volver a plantarlo. Algunos ayuntamientos habilitan el servicio de recogida después de las fiestas.
2. Sustituir el coche por un transporte más sostenible
La contaminación atmosférica causa más de dos millones de muertes prematuras anuales en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los gases de los coches son uno de los principales responsables. Tener un vehículo privado es, además, un gasto considerable para la economía doméstica: solo en gasolina puede suponer unos 1.300 euros anuales, sin olvidar los gastos asociados, como seguros, mantenimiento o impuestos.
Ir a pie o en bicicleta es una forma sencilla, económica, saludable y ecológica de desplazarse, que no solo tiene que limitarse a un hobby o a momentos de ocio, sino que puede utilizarse a diario para ir a trabajar o al colegio, como los denominados 'pedibús'. En combinación con uno o varios transportes públicos, como el tren, autobús, tranvía o metro, se puede llegar a lugares más lejanos.
3. Hacer un uso más eficiente de los recursos
El consumo de energía (cada hogar español gasta unos 990 euros anuales, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) o de agua (cada español consume de media unos 120 litros diarios), además de un gasto económico importante, supone un considerable impacto ambiental.
Para reducir el gasto energético se pueden seguir diversos consejos, como bajar el aire acondicionado y la calefacción uno o dos grados, evitar el modo en reposo (stand-by) de los aparatos electrónicos, comprar electrodomésticos con etiquetas de alta eficiencia energética, utilizar bombillas de bajo consumo en lugar de las incandescentes, etc. En cuanto al agua, su consumo también se puede reducir sin que sea necesario disminuir el confort con varias medidas sencillas, como tomar duchas de cinco minutos en vez de baños, lavar la ropa con programas de agua fría, evitar la pérdidas de agua de grifos, sustituir el agua embotellada por botellas reutilizables, etc.
4. Alimentarse con productos ecológicos y locales
Los alimentos ecológicos son saludables, respetuosos con el medio ambiente y ofrecen unas condiciones justas para la cadena alimentaria, según sus defensores. España es el primer productor de la Unión Europea por superficie ecológica, según datos del Ministerio de Alimentación, Agricultura y Medio Ambiente (MAGRAMA). La cantidad y variedad de alimentos ecológicos que pueden encontrarse es alta, tanto en tiendas especializadas de productos ecológicos, como en Internet o en supermercados con lineales dedicados a estos alimentos.
Los productos locales y de temporada, además de ser más frescos, sabrosos y duraderos, ahorran dinero, defienden la biodiversidad doméstica en peligro y apoyan los mercados cercanos al consumidor. El transporte internacional de bienes tiene un importante impacto ambiental, como el aumento de los gases de efecto invernadero o la propagación de especies invasoras.
5. Ir más a la naturaleza
España es uno de los lugares con mayor biodiversidad y espacios naturales protegidos de Europa. Por ello no hace falta ir muy lejos para disfrutar de la naturaleza y de las ventajas que tiene para nuestra salud física y mental. Eso sí, hay que hacerlo de manera respetuosa: grandes desastres como los incendios forestales se pueden generar por un descuido, como tirar una colilla mal apagada.
6. Utilizar sistemas de consumo colaborativo
El consumo colaborativo propugna compartir, reutilizar y redistribuir los productos en vez de comprarlos para uso exclusivo. Los consumidores ahorran dinero y, de paso, hacen un empleo más sostenible y eficiente de los recursos. Las iniciativas son cada vez más una tendencia que parece imparable: Airbnb para compartir vivienda de vacaciones, Carpooling para compartir coche, Freecycle para canjear gratis todo tipo de artículos a través de Internet, etc.