Seis jóvenes lusos llevan a la corte de Estrasburgo una demanda por inacción climática
“Teníamos miedo, pero no nos arrepentimos”, aseguran los seis jóvenes portugueses que sentaron el pasado 27 de septiembre en el banquillo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) a 32 países por su inacción climática en un caso histórico.
Cláudia (24 años), Martim (20) y Mariana Agostinho (11), Sofia (18) y André Oliveira (15) y Catarina Mota (23) han decidido llevar ante el TEDH a los 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE), Reino Unido, Suiza, Noruega, Rusia y Turquía, tras los devastadores incendios que sufrió Portugal en 2017. “Teníamos miedo, porque estamos nerviosos, pero nunca nos arrepentimos (de presentar la demanda), porque sabemos que estamos luchando por nuestras vidas”, señaló
Cuatro de los jóvenes viven en el distrito de Leiria, a unos 140 kilómetros al norte de Lisboa y una de las zonas afectadas por la ola de incendios de 2017, que dejaron más de un centenar de muertos en distintas partes de Portugal. La tragedia motivó a los seis a llevar ante la Justicia a esos países por no hacer lo suficiente para protegerlos de la crisis climática.
En su demanda, defienden que se han violado algunos de sus derechos, como a la vida o a estar libre de tortura y de un trato degradante o inhumano, recogidos en la Convención Europea de los Derechos Humanos. Otra de las denunciantes, Catarina, indicó en la misma entrevista que han optado por demandar a esos Estados porque las consecuencias de la crisis climática sólo van a empeorar y necesitan que los Gobiernos actúen para protegerlos ahora. “No podemos dormir porque hace mucho calor, no podemos salir y sufrimos ansiedad por el clima”, se quejó Catarina. Ante el reto que tienen por delante los jóvenes se muestran optimistas. Saben que si ganan en Estrasburgo (Francia), el impacto será “enorme”: “32 gobiernos serán forzados a reducir drásticamente sus emisiones”, recordó, por su parte, Cláudia.
Las resoluciones del TEDH son vinculantes, por lo que si les da la razón, los países tendrán que reducir sus emisiones de gas invernadero. Es lo único que exigen los jóvenes en su denuncia, ya que no han pedido ningún tipo de compensación económica. El segundo más joven de los demandantes, André, reconoció a EFE que está “muy emocionado”. “Significa mucho para nosotros que el caso vaya a la gran sala (del TEDH). Es un gran paso y estoy muy emocionado. Creo que va a ir muy bien”, auguró.
En este caso de David contra Goliat, los demandantes han tenido el apoyo de la asociación sin ánimo de lucro Global Legal Action Network, con fondos procedentes de donativos y de una campaña de crowdfunding. Y esperan que su ejemplo motive a otros jóvenes a tomar acciones legales por el clima. Martim recordó que hay chicos como ellos preocupados por su futuro y preparados para luchar. “En Corea del Sur, Rusia, Vanuatu y otros países muchos están usando el poder de la ley para responsabilizar a los Gobiernos”, mencionó.
Pese a que la Justicia puede suponer un límite en la lucha contra la crisis climática, Martim consideró que es probable que surjan más y más casos en el mundo por los estragos del calentamiento global. “A otros jóvenes les digo ‘el planeta está cambiando, pero vosotros estáis cambiando y podéis cambiar el planeta”, apuntó.
Otros dos casos relacionados con el clima ya fueron oídos ante el mismo tribunal europeo, aunque no de la misma magnitud: una demanda contra Suiza presentada por una asociación de mujeres mayores y otra contra Francia impulsada por un parlamentario del mismo país. El TEDH todavía no se ha pronunciado sobre ellos, y no se descarta que pueda haber una decisión conjunta sobre los tres casos de aquí a unos meses. Una sentencia favorable marcaría un antes y un después en los litigios climáticos, pero sea cual sea el desenlace, los seis jóvenes portugueses no pierden la esperanza. “Siempre tenemos la esperanza de que todo vaya a cambiar y que los Gobiernos tomen medidas que nos brinden el futuro bueno y seguro que merecemos”, concluye Cláudia.
[Este contenido procede de EFE VERDE. Lee el original aquí]