El presidente de Sogama, Luis Lamas, reconoció el esfuerzo que la empresa que dirige ha hecho en los últimos años para propiciar el reciclaje de una buena parte de la basura que recibe. De hecho, en el período comprendido entre los años 2009 y 2013, logró clasificar cerca de 95.000 toneladas de residuos de envases, incluyendo en esta cifra tanto los contenidos en la bolsa amarilla como en la bolsa negra.

En el caso de la primera, destinada a acoger los envases de plástico, latas y briks que los ciudadanos depositan en el contenedor amarillo, la empresa remitió el pasado año a los centros recicladores 13.000 toneladas de envases, 4.000 más que en el 2009. A pesar de este incremento, Lamas no se siente especialmente satisfecho. “Entiendo que se tenían que recuperar más envases ligeros, pero para ello tiene que haber una mayor implicación de la ciudadanía, separando correctamente los desechos que producen cada día y depositándolos en los recipientes adecuados”. El proceso de clasificación se lleva a cabo de forma automática, contando para ello con sistemas tales como electroimanes, corrientes de Foucault, campanas aspiradoras y lectores ópticos.

Respecto a la bolsa negra, la entidad ha venido recuperando los envases de acero, utilizando electroimanes, los de aluminio, a través de corrientes de Foucault, y, por primera vez en su historia, el vidrio, que separa a través de mesas densimétricas. Este vidrio se selecciona en una planta de recuperación de la firma Daorje Medioambiente, sita en el lugar de Areosa (Cerceda), donde es clasificado, y desde ahí viaja a la planta que ésta tiene en Verín (Ourense), donde se somete a un nuevo proceso de depuración, disponiendo ya de las condiciones adecuadas para ser remitido a las vidrieras y reincorporarse al circuito comercial.

Y es que, aunque en Galicia vamos avanzando, todavía estamos por debajo de la media en tasas de reciclaje, de ahí que el plan autonómico de gestión de residuos urbanos para el período 2010-2020 tenga como uno de sus principales retos triplicar los niveles de reutilización y reciclado, subiendo del 12 por ciento actual al 30 por ciento. Esto, unido a la disminución de la producción de residuos y a la mayor eficiencia del complejo medioambiental de Sogama, hará posible que los porcentajes de vertido se vean notablemente reducidos, bajando del 44 por ciento actual al 24 por ciento.

Asimismo, recordó que los Estados del norte y centro de Europa, donde la valorización energética está plenamente asentada, son precisamente los que más reciclan, llegando en algunos casos a alcanzar más del 40 por ciento, y los que menos vierten, por debajo del 5 por ciento. En España, que cuenta con tan solo 10 plantas de incineración con recuperación de energía, el vertido se encuentra próximo al 60 por ciento.

“Y es que los países que no han optado por la recuperación energética de la parte no reciclable, solo les queda una opción para ésta: el vertedero”, resolvió.