Sogama extiende su programa de compostaje doméstico a 90 nuevas viviendas
Con el ánimo de propiciar que cada vez sean más las viviendas rurales que puedan beneficiarse de las ventajas ambientales, económicas y sociales derivadas del compostaje doméstico, Sogama ha procedido a su implantación en 90 viviendas de los municipios de Cariño, en la provincia de A Coruña, Sarria y Xove, en la de Lugo. La Sociedad se ha encargado de la dotación de compostadores (30 por localidad), así como de la cartelería y material divulgativo de apoyo en el que se explica de forma detallada la técnica a seguir para que el compost obtenido tenga una buena calidad y pueda ser empleado, con absolutas garantías, en huertos, jardines y tierras de cultivo.
Con éstas ya son cerca de 1.200 las familias gallegas a las que Sogama ha llegado con su programa. La pretensión no es otra que la de facilitar el reciclaje de la materia orgánica en origen y evitar su depósito en los contenedores verdes convencionales, haciendo posible que los ayuntamientos disminuyan la frecuencia de recogida, ahorren en costes de transporte y, por supuesto, paguen menos a Sogama, ya que el importe de la factura emitida por esta empresa pública varía en función de las toneladas de basura convencional entregadas en sus instalaciones.
La población está respondiendo de forma muy favorable a esta iniciativa, ya que no le supone un esfuerzo adicional. Y la explicación reside en que, desde siempre se separaron los desperdicios orgánicos generados en las viviendas del rural para aprovecharlos como alimento del ganado y/o la fabricación de compost. En este último caso, el proceso se moderniza ahora al disponer en las casas de un recipiente apropiado en el que se lleva a cabo, de una forma higiénica, la fermentación del material bajo condiciones controladas de temperatura y humedad.
Pero los vecinos participantes en esta iniciativa no están solos. De hecho, personal designado por los propios ayuntamientos ha sido formado por Sogama para que cuenten con los conocimientos y bagaje suficiente que les permita adiestrar y asesorar a los usuarios. Su misión, además de proporcionar las explicaciones necesarias que posibiliten la comprensión del proceso a seguir, será visitar casa por casa para comprobar la aplicación de la técnica, corregir posibles errores y solventar dudas. El fin último es garantizar la consecución de un compost natural que cuente con buenas propiedades para el suelo y permita sustituir a los tradicionales fertilizantes artificiales.
La experiencia acumulada por Sogama desde el año 2010 ha demostrado que las familias que participan en el autocompostaje mejoran notablemente la segregación de las distintas fracciones de residuos, posibilitando su posterior reciclado. Es por ello que el manual de instrucciones que recibirá cada familia también incide en cómo se debe llevar a cabo la segregación de la basura, qué materiales debemos depositar en cada contenedor y qué errores hay que evitar para posibilitar la posterior transformación de los desechos en nuevos productos de utilidad, contribuyendo así al ahorro de energía y de materias primas. Además, las arcas locales resultarán especialmente beneficiadas, ya que cuantos más residuos entreguen los ayuntamientos a los sistemas integrados de gestión, mayores serán los ingresos económicos a percibir.
Cariño, Sarria y Xove trazan así el camino a seguir para una gestión integral de sus desperdicios, apostando plenamente por la prevención, el máximo aprovechamiento de los productos y la adecuada recogida selectiva, delegando en Sogama la recuperación energética de aquella parte de la basura que, dadas sus características, no puede ser reutilizada ni reciclada, convirtiéndola en electricidad; una operativa ajustada a la normativa europea, estatal y autonómica en la materia que permitirá avanzar hacia la consecución de municipios más sostenibles.
Con éstas ya son cerca de 1.200 las familias gallegas a las que Sogama ha llegado con su programa. La pretensión no es otra que la de facilitar el reciclaje de la materia orgánica en origen y evitar su depósito en los contenedores verdes convencionales, haciendo posible que los ayuntamientos disminuyan la frecuencia de recogida, ahorren en costes de transporte y, por supuesto, paguen menos a Sogama, ya que el importe de la factura emitida por esta empresa pública varía en función de las toneladas de basura convencional entregadas en sus instalaciones.
La población está respondiendo de forma muy favorable a esta iniciativa, ya que no le supone un esfuerzo adicional. Y la explicación reside en que, desde siempre se separaron los desperdicios orgánicos generados en las viviendas del rural para aprovecharlos como alimento del ganado y/o la fabricación de compost. En este último caso, el proceso se moderniza ahora al disponer en las casas de un recipiente apropiado en el que se lleva a cabo, de una forma higiénica, la fermentación del material bajo condiciones controladas de temperatura y humedad.
Pero los vecinos participantes en esta iniciativa no están solos. De hecho, personal designado por los propios ayuntamientos ha sido formado por Sogama para que cuenten con los conocimientos y bagaje suficiente que les permita adiestrar y asesorar a los usuarios. Su misión, además de proporcionar las explicaciones necesarias que posibiliten la comprensión del proceso a seguir, será visitar casa por casa para comprobar la aplicación de la técnica, corregir posibles errores y solventar dudas. El fin último es garantizar la consecución de un compost natural que cuente con buenas propiedades para el suelo y permita sustituir a los tradicionales fertilizantes artificiales.
La experiencia acumulada por Sogama desde el año 2010 ha demostrado que las familias que participan en el autocompostaje mejoran notablemente la segregación de las distintas fracciones de residuos, posibilitando su posterior reciclado. Es por ello que el manual de instrucciones que recibirá cada familia también incide en cómo se debe llevar a cabo la segregación de la basura, qué materiales debemos depositar en cada contenedor y qué errores hay que evitar para posibilitar la posterior transformación de los desechos en nuevos productos de utilidad, contribuyendo así al ahorro de energía y de materias primas. Además, las arcas locales resultarán especialmente beneficiadas, ya que cuantos más residuos entreguen los ayuntamientos a los sistemas integrados de gestión, mayores serán los ingresos económicos a percibir.
Cariño, Sarria y Xove trazan así el camino a seguir para una gestión integral de sus desperdicios, apostando plenamente por la prevención, el máximo aprovechamiento de los productos y la adecuada recogida selectiva, delegando en Sogama la recuperación energética de aquella parte de la basura que, dadas sus características, no puede ser reutilizada ni reciclada, convirtiéndola en electricidad; una operativa ajustada a la normativa europea, estatal y autonómica en la materia que permitirá avanzar hacia la consecución de municipios más sostenibles.
SOGAMA
Cariño, A Coruña