Sogama ha repartido 3.300 compostadores a familias y colectivos gallegos
Desde el 2010, y tras una fructífera experiencia piloto desarrollada en cinco ayuntamientos de la Mariña lucense (Alfoz, Barreiros, Cervo, Trabada y Lourenzá), Sogama decidió extender su programa de compostaje doméstico a diversas localidades de las cuatro provincias gallegas, contando a día de hoy con 119 entidades adscritas al mismo, entre las que se incluyen ayuntamientos, centros escolares y colectivos sociales.
En este contexto, ya ha procedido al reparto de 3.274 compostadores, encargándose igualmente de la formación de los representantes municipales y del vecindario participante en la iniciativa, así como de la distribución de material divulgativo, que toma la forma de carteles y manuales didácticos de apoyo a los usuarios.
La implantación de la experiencia en los distintos municipios ha seguido en todos los casos el mismo modus operandi, requiriendo con carácter previo una solicitud oficial de los gobiernos locales, y procediendo a continuación a la formación de los denominados “maestros compostadores”, es decir, personal al servicio de los concellos que, una vez instruido en la materia, se encarga de explicar el proceso a las familias participantes, realizando un seguimiento del trabajo desarrollado.
De esta forma, la Administración más próxima a los ciudadanos tiene la oportunidad de recabar información sobre la acogida del proyecto y grado de colaboración, y corregir los posibles errores que puedan ser detectados en la aplicación de la técnica de autocompostaje, al tiempo que solventa las dudas más frecuentes.
Los compostadores, por lo general de 360 litros de capacidad, constituyen los recipientes en los que las familias fabrican el compost a partir de los restos orgánicos generados en los hogares, evitando su depósito en los contenedores verdes convencionales. Con ello, no solo contribuyen a alcanzar importantes beneficios ambientales derivados de la reducción de la frecuencia de recogida y transporte de los residuos en masa, minimizando las emisiones de CO2, sino que propician que los ayuntamientos paguen menos a Sogama.
Y esto es así porque los restos orgánicos representan, en la composición media de la basura, el 42 por ciento de la misma, por lo que si se reciclan y recuperan en origen mediante su conversión en abono, no se incrementará el peso de los desperdicios entregados a la Sociedade Galega do Medio Ambiente, reduciendo el importe de la factura a abonar a esta entidad pública.
Pero no solo los entes locales han sido los beneficiarios del programa. También diversos colectivos sociales (es el caso, por ejemplo, del Centro Penitenciario de Monterroso o bien Cáritas de Ordes), asociaciones vecinales e incluso centros educativos que disponen de servicio de comedor y que aprovechan la materia orgánica como elemento fertilizante para huertos y jardines.
El éxito ha sido tal, que Sogama procederá en breve al reparto de otros 1.000 compostadores, que entregará a nuevas entidades solicitantes por estricto orden de petición. El objetivo: ayudar a gestionar la basura de forma sostenible, tanto desde el punto de vista medioambiental como económico y social.