The Pool Box: contenedor de residuos convertido en piscina
El arquitecto Stefan Beese, consigue construir una piscina utilizando un recipiente de acero anteriormente utilizado para contener residuos. Este volumen y fortaleza estructural necesarios para construir una piscina lo consigue a partir de un volquete, contenedor para desechos o residuos urbanos, reciclado como estructura en una piscina familiar, consiguiendo de esta forma una nueva vida útil y haciendo su peculiar aportación a la sustentabilidad. Beese, reutilizó el contenedor con el objetivo de utilizarlo como piscina en su domicilio.
Esta producto, denominado The Pool Box a pesar de estar construido de acero, está recubierto con un aislante con consistencia de espuma, y madera por el exterior. El tamaño es de 6,7 metros por 2,13 metros. Además el diseño modular de esta piscina posibilita su movilidad y traslado a otro lugar si el propietario cambia de casa.
El arquitecto, como primer paso para transformar el contenedor en piscina, protegió la estructura de acero con una cubierta realizada con pintura anticorrosiva. Así como nivelar el lugar del terreno donde se ubicó la estructura de metal, para lo que la grava resultó favorable. El interior está cubierto con un manto de espuma de alta densidad de media pulgada, antes de la cubierta final, hecha a la medida y de color azul que es la que está en contacto con el agua y está a la vista.
La mayor parte de los contenedores de residuos cuentan con un corte en un extremo como el fin de adaptarse mejor a la parte trasera del camión que los transporta. Este corte se aprovecha, para construir un escalón en ese lugar, consiguiendo así una superficie de asiento y descanso en el agua para los usuarios de la piscina, especialmente útil para los niños.