Todo puede tener otra vida: reciclaje de recursos y reciclaje personal
¿Cómo unir dos problemas como el paro y los residuos y buscarles una solución en forma de iniciativa con posibilidades de crecimiento y un modelo de negocio escalable? Symbool es una asociación madrileña sin ánimo de lucro que desde principios de 2015 trabaja en un proyecto ciertamente ingenioso. Talleres para aprovechar recursos deshechados, transformándolos en productos creativos cuya venta genera beneficios para todas las partes participantes: personas en desempleo, artesanos y diseñadores profesionales y promotores.
Carlos Laporta es uno de los responsables de Symbool y nos cuenta que no es una iniciativa estrictamente original ya que cuando estaban estudiando su implantación en España pudieron conocer otros ejemplos en Francia, Holanda, Alemania, Estados Unidos e incluso en España. Sin embargo, a diferencia de su propuesta, “lo que vimos eran iniciativas que no se plantean como espacios de producción abiertos, como es el nuestro, sino como grupos seleccionados y formados, lo que al final no se diferencia tanto de empleos corrientes”.
El objetivo de Symbool es unir a personas desempleadas, pero con habilidades y tiempo, o personas que quieren aportar un extra a sus economías personales, con artesanos y diseñadores con ideas para transformar materiales en productos con un nuevo valor. Productos que se eligen después de pasar un pequeño test de aceptación entre el público y que se realizan con materiales donados por empresas. Hasta el momento se han realizado talleres para realizar cuadernos, libretas y agendas a partir de discos de vinilo deshechados.
Symbool pone los recursos: local, materiales, herramientas y monitor, que aporta a los asistentes las pautas para manipular correctamente los productos hasta conseguir un objeto con un acabado impoluto. Éste posteriormente se pone a la venta, por el momento en dos librerías madrileñas de TuuuLibrería y próximamente en su web. El dinero obtenido con la venta se reparte de la siguiente manera: un 10% para el diseñador, 50% para las personas que han desarrollado el objeto y el 40% para la asociación. Los fondos obtenidos se utilizan para costear la compra de materiales, herramientas, asistencia a mercados, etc.
Con esta forma de trabajar, “no sólo reducimos el material que llega a los vertederos, sino que facilitamos el acceso de estas personas a la economía y, en último término, colaboramos con los artistas ayudándoles a que sus ideas se reproduzcan en mayor número que si las desarrollaran ellos mismos” nos cuenta Carlos.
Se trata, de una iniciativa con un doble valor: de reciclaje de recursos y de reciclaje personal, que está dando sus primeros pasos, pero que algunos no han dudado ya en definir como una nueva start up. Un concepto que, contrariamente a lo que pudiera parecer, no es un término exclusivo de empresas tecnológicas, sino que se aplica también a empresas de nueva creación que presentan importantes posibilidades de crecimiento y un modelo de negocio escalable. Symbool es un ejemplo que puede salir adelante, pero que todavía necesita del apoyo de empresas, personas y colaboradores para pasar de algo utópico a una realidad con sentido y necesaria para impulsar un nuevo tipo de economía.
La cuarta R
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