Un estudio pone de manifiesto el potencial del sector verde, en especial energía y residuos
Leandro Barquín, director de la entidad, apuntó durante la presentación que España cuenta con 7.780 sociedades de este tipo y que las comunidades autónomas que concentran la mayor actividad de este sector son Cataluña, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana.
La Fundación explica que los principales sectores por ámbito de actuación son la energía (33%), los residuos (30,5%), la consultoría (18%), el ciclo del agua (16,5%), y las actividades de investigación y sensibilización ambiental (1,9%). El sector económico del medio ambiente se puede definir como el conjunto de empresas y actividades económicas que trabajan en la prevención, mitigación y corrección de los problemas de los sistemas naturales, producidos por las actividades humanas.
Además, Barquín ha apuntado que nuestro país tiene más de 540.000 empleos verdes y, en los últimos 12 años, el sector ha crecido un 212 por ciento. No sólo eso, sino que existe un potencial de creación de empleo de 2,8 millones de puestos de trabajo hasta 2020, si las energías renovables alcanzan el objetivo del 20 por ciento.
El director de la Fundación Fórum ha explicado las características del liderazgo de Alemania en el sector verde, si bien ha apuntado que las experiencias de éxito no se limitan a ese país, sino que simplemente es recomendable seguir sus estrategias. Así, por ejemplo, la mayoría de las empresas de tecnologías medioambientales son compañías con ingresos inferiores a 10 millones de euros.
De este modo, ha precisado que se prevé un aumento de las tecnologías verdes en todo el mundo de más del doble hasta 2020, hasta alcanzar los 3.100 millones de euros. Barquín también ve los objetivos de la Unión Europea como una oportunidad de movilizar los recursos económicos e instrumentos de mercado para alcanzarlos.
Con todo, también se apuntan las debilidades de nuestro país. La primera, que el 90 por ciento de las ventas se realizan en el mercado nacional y no se aprovechan las oportunidades de exportación. Además, la I+D es "insuficiente" y no se ajusta a la demanda empresarial. En cuanto a la especialización, la demanda de perfiles profesionales cualificados incrementa pero se denota una carencia en la oferta. La falta de un tejido local con base tecnológica constituye una debilidad, pues se imposibilita la complementariedad con las grandes empresas españolas de cara a afrontar los retos de los mercados globales.
Por último, este documento recomienda la toma de medidas, como la creación de un fondo español de la marca “GreenTech Made in Spain”. También se propone la instauración de una unidad específica de tecnologías ambientales españolas en el ICEX. El informe sugiere que se identifiquen los sectores y mercados en los que España puede ser líder, además de los nichos de competitividad tecnológica que ayuden a las empresas españolas a dar el salto y orientar la política industrial verde que potencie la creación de PYMES en este sector.
Vía Ambientum
balmasedano (cc)
Barcelona