Un proyecto europeo coordinado por AIMPLAS busca bioplásticos más ecológicos y económicos
AIMPLAS coordina desde el pasado mes de agosto el proyecto europeo BRIGIT, en el que participa junto con otros 15 socios entre centros tecnológicos y empresas biotecnológicas y del sector del transporte. Gracias a BRIGIT, en 2016 se espera tener en el mercado una nueva generación de paneles ecológicos fabricados con bioplásticos procedentes de subproductos de la fabricación de pasta de celulosa papelera. Estos paneles irán destinados al sector del transporte.
El proyecto BRIGIT tiene una duración de 48 meses y está financiado por fondos europeos dentro del VII Programa Marco. El Consorcio lo forman un total de 16 entidades entre centros tecnológicos, universidades y empresas, coordinadas por AIMPLAS, del que también forman parte otros socios españoles como la Universidad de Cantabria y la empresa Green Source S.A
Se busca así conseguir bioplásticos más ecológicos y económicos que los existentes. En este caso los biopolímeros PHB (polihidroxibutirato) y PBS (polibutileno succinato) se conseguirán a partir de los residuos de la fabricación de celulosa de alta calidad, de forma que además se aprovechará un subroducto que se empleaba por ejemplo en la elaboración de piensos para animales y como aditivos conglomerantes en la fabricación del hormigón.
El proceso de obtención del bioplástico de PHB y PBS que se va a desarrollar ya constituye una innovación. Con la tecnología que se empleará se ahorrarán pasos de purificación del biopolímero, por lo que por una parte será un proceso más eficiente y más rentable, y al mismo tiempo más ecológico. Según M. Ángel Valera, coordinador del proyecto "el empleo de los subproductos del proceso de producción de la celulosa como fuente de azúcares necesarios para realizar el proceso de fermentación de los microorganismos que producen el PHB y el ácido succinico, permitirá una integración de los procesos necesarios para la obtención de los diferentes biopolímeros propuestos en BRIGIT y por consiguiente un ahorro en los costes de producción".
AIMPLAS se encargará de mezclar y modificar los dos biopolímeros que se obtengan de la fermentación de los azúcares de la celulosa para lograr la producción de un material innovador. Se trata de un bioplástico con las propiedades mecánicas y de resistencia al fuego que exige la industria del transporte pero con la ventaja de ser totalmente reciclable a diferencia de las resinas termoestables que se utilizan actualmente.
Tras llevar a cabo un proceso de extrusión con este nuevo plástico, se podrán fabricar láminas reforzadas con fibras naturales de lino y cáñamo en sustitución de la habitual fibra de vidrio. Las láminas de bioplástico, con un núcleo espumado en su interior formarán los paneles 3D que posteriormente se instalarán en camiones y autobuses pero que se podrán aplicar también en trenes, barcos, furgonetas y otros medios de transporte de mercancías y personas.
Este proyecto ha sido subvencionado por el Séptimo Programa Marco de la Unión Europea (FP7/2007-2013) bajo el Contrato n° 311935 BRIGIT.
El proyecto BRIGIT tiene una duración de 48 meses y está financiado por fondos europeos dentro del VII Programa Marco. El Consorcio lo forman un total de 16 entidades entre centros tecnológicos, universidades y empresas, coordinadas por AIMPLAS, del que también forman parte otros socios españoles como la Universidad de Cantabria y la empresa Green Source S.A
Se busca así conseguir bioplásticos más ecológicos y económicos que los existentes. En este caso los biopolímeros PHB (polihidroxibutirato) y PBS (polibutileno succinato) se conseguirán a partir de los residuos de la fabricación de celulosa de alta calidad, de forma que además se aprovechará un subroducto que se empleaba por ejemplo en la elaboración de piensos para animales y como aditivos conglomerantes en la fabricación del hormigón.
El proceso de obtención del bioplástico de PHB y PBS que se va a desarrollar ya constituye una innovación. Con la tecnología que se empleará se ahorrarán pasos de purificación del biopolímero, por lo que por una parte será un proceso más eficiente y más rentable, y al mismo tiempo más ecológico. Según M. Ángel Valera, coordinador del proyecto "el empleo de los subproductos del proceso de producción de la celulosa como fuente de azúcares necesarios para realizar el proceso de fermentación de los microorganismos que producen el PHB y el ácido succinico, permitirá una integración de los procesos necesarios para la obtención de los diferentes biopolímeros propuestos en BRIGIT y por consiguiente un ahorro en los costes de producción".
AIMPLAS se encargará de mezclar y modificar los dos biopolímeros que se obtengan de la fermentación de los azúcares de la celulosa para lograr la producción de un material innovador. Se trata de un bioplástico con las propiedades mecánicas y de resistencia al fuego que exige la industria del transporte pero con la ventaja de ser totalmente reciclable a diferencia de las resinas termoestables que se utilizan actualmente.
Tras llevar a cabo un proceso de extrusión con este nuevo plástico, se podrán fabricar láminas reforzadas con fibras naturales de lino y cáñamo en sustitución de la habitual fibra de vidrio. Las láminas de bioplástico, con un núcleo espumado en su interior formarán los paneles 3D que posteriormente se instalarán en camiones y autobuses pero que se podrán aplicar también en trenes, barcos, furgonetas y otros medios de transporte de mercancías y personas.
Este proyecto ha sido subvencionado por el Séptimo Programa Marco de la Unión Europea (FP7/2007-2013) bajo el Contrato n° 311935 BRIGIT.
AIMPLAS
Paterna, Valencia