Un proyecto para convertir residuos plásticos biodegradables en energía verde
Valorizar residuos plásticos biodegradables mediante tratamientos de codigestión anaerobia con lodos procedentes de EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) y, de este modo, obtener una corriente de biogás que pueda ser empleada como vector energético y un digestato para utilizarse en agricultura.
Este es el principal objetivo de VALPLAST (Valorización de bioplásticos mediante codigestión anaerobia en estaciones depuradoras de aguas residuales), un proyecto estratégico en el que participa un consorcio integrado por el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS), el grupo CALAGUA Unidad Mixta UPV-UV (conformado por el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València y el departamento de Ingeniería Química de la Universitat de València) y las empresas Global Omnium Medioambiente y Fych Technologies.
El proyecto (financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación IVACE +i, bajo el marco de los proyectos estratégicos en cooperación 2023 de la Unión Europea) busca implementar una alternativa en la gestión de residuos de envases plásticos biodegradables diferente a la actual y alineada con los principios de la economía circular. “La principal innovación del proyecto pasa por concebir los bioplásticos como un recurso que pueda ser valorizado y transformado en energía verde”, destacan los investigadores participantes en el proyecto.
Para ello, se estudiará la degradación de diversos plásticos mediante tratamiento biológico con fangos procedentes de una estación depuradora de aguas residuales urbanas en condiciones anaerobias, tanto a escala laboratorio como piloto. A su vez, se evaluará el posible efecto que tienen los aditivos utilizados en la síntesis de los plásticos (convencionales y bioplásticos), tanto en el proceso de tratamiento anaerobio como en
la posterior calidad de los fangos digeridos, al ser su principal aplicación el aprovechamiento agrícola. También, se trabajará en el desarrollo y optimización de sistemas de instrumentación y control de la planta piloto, así como en el análisis de costes y de ciclo de vida, “imprescindibles para poder evaluar la sostenibilidad ambiental y económica del tratamiento propuesto”, destacan desde el consorcio.
Tras el proceso de valorización, se pretende analizar también la presencia de microplásticos en los fangos, para lo que se utilizará la metodología de análisis desarrollada por parte de AIMPLAS en los anteriores proyectos MICROPLAST y PREVENPLAST, gracias a la cual es posible la medición de estos contaminantes emergentes tanto en las aguas residuales como en los lodos generados en las depuradoras. Todo ello, desarrollará una metodología para la valorización energética de bioplásticos en digestores de EDAR que permitirá una mejor gestión de estos residuos, ya que posibilitará su aprovechamiento energético.
Por último, cabe destacar a su vez la experiencia previa que tiene parte de este consorcio en la ejecución y colaboración de otros proyectos de I+D relacionados con el objetivo del presente proyecto, como son el AVI MICROPLAST y el AVI PREVENPLAST.
VALPLAST tiene una duración de 28 meses y cuenta con la participación de los investigadores del grupo CALAGUA del IIAMA-UPV Joaquín Serralta (investigador principal), José Ferrer, Ramón Barat y Daniel Aguado. AIMPLAS participa en el proyecto a través de su Laboratorio de Microplásticos liderado por el investigador Juan Francisco Ferrer Crespo. De igual manera, la empresa emergente Fych Technologies S.L. también participa dentro del consorcio de empresas a través de sus laboratorios y la planta piloto ubicada en el Parque Científico de Alicante (PCA) bajo la supervisión de las doctoras y cofundadoras Andrea Cabanes y Oksana Horodytska, con especialización principalmente en el deslaminado de envases multicapa, en el desodorizado y descontaminado de plásticos. Así, el consorcio constituye un equipo multidisciplinar que abarca el sector del reciclaje del plástico, el del tratamiento de aguas residuales y el de desarrollo y aplicación de nuevos conocimientos como son las universidades y centros tecnológicos.
[Este contenido procede de AIMPLAS]