Una cementera en León triplicará la cantidad de residuos sólidos que podrá quemar
La comisión regional de Prevención Ambiental informó ayer de dos cambios para incrementar la coincineración de residuos en la fábrica de cemento de La Robla. Este organismo está a la espera de aprobar estas modificaciones a algunos cambios para poder aumentar la incineración de residuos sólidos de las 30.000 toneladas que se queman en la actualidad a las 90.000 que podrá quemar la cementera roblana Tudela-Veguín.
El director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental, José Manuel Jiménez, contradecía ayer a las críticas de los ecologistas indicando que "no es una quema de residuos, es un proceso de valorización energética donde los residuos se transforma en combustible que sustituye a los derivados del petróleo para el funcionamiento de la cementera".
La Junta de Castilla y León autorizó ya esta incineración de residuos por cumplir todos los trámites medioambientales. De hecho, Jiménez asegura que los controles “son exhaustivos y rigurosos” porque de no ser así no se permitiría la quema de estos residuos.
Jiménez apunta que es una práctica que se realiza en todo el país y en Europa y que las emisiones están dentro de la legalidad permitida, "de hecho está al 10 por ciento del valor límite permitido por la Unión Europea", señala explicando que en el plazo de un mes estará aprobada el aumento de toneladas de la coinicineración de residuos.
Ecologistas en Acción (también parte de la comisión regional) ha insistido en señalar que la intención de las cementeras de Castilla y León, ante la caída en picado de los pedidos de cemento, es reconvertir su actividad hacia la importación e incineración de la mayor cantidad posible de residuos, de manera que por ejemplo la capacidad de incineración de neumáticos usados que se va a autorizar a estas fábricas de cemento duplica la producción regional de este tipo de desechos.
El director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental, José Manuel Jiménez, contradecía ayer a las críticas de los ecologistas indicando que "no es una quema de residuos, es un proceso de valorización energética donde los residuos se transforma en combustible que sustituye a los derivados del petróleo para el funcionamiento de la cementera".
La Junta de Castilla y León autorizó ya esta incineración de residuos por cumplir todos los trámites medioambientales. De hecho, Jiménez asegura que los controles “son exhaustivos y rigurosos” porque de no ser así no se permitiría la quema de estos residuos.
Jiménez apunta que es una práctica que se realiza en todo el país y en Europa y que las emisiones están dentro de la legalidad permitida, "de hecho está al 10 por ciento del valor límite permitido por la Unión Europea", señala explicando que en el plazo de un mes estará aprobada el aumento de toneladas de la coinicineración de residuos.
Ecologistas en Acción (también parte de la comisión regional) ha insistido en señalar que la intención de las cementeras de Castilla y León, ante la caída en picado de los pedidos de cemento, es reconvertir su actividad hacia la importación e incineración de la mayor cantidad posible de residuos, de manera que por ejemplo la capacidad de incineración de neumáticos usados que se va a autorizar a estas fábricas de cemento duplica la producción regional de este tipo de desechos.
Vía La Crónica de León
Foto de Cristalline Radical (cc)
La Robla, León