La compañía americana Gullywasher ha desarrollado un sistema para aprovechar el compost en el tratamiento de aguas contaminadas. La entidad utiliza una pared de compost de casi dos metros de ancho para limpiar las aguas que pasan por el antiguo molino de Blue Heron, en Oregón, que cerró en 2011 después de 100 años de actividad.

La empresa NRI Global ha comprado el molino por un valor de 5,7 millones de dólares y ha pagado 1,6 millones más por la limpieza del emplazamiento. Desde su venta, se han retirado ya más de 7.000 toneladas de hierro y 5.000 de acero que se han destinado a reciclaje.

El compost se introduce dentro de unas mallas diseñadas por la empresa Filterexx para absorber metales pesados. El agua que pasa por los techos, paredes y tuberías del molino acumula zinc, cobre y otras sustancias tóxicas y al pasar por el muro de compost sale filtrada antes de continuar su flujo hacia el río.

Se espera que en los próximos años aumente el número de proyectos de gestión de aguas residuales y también el mercado de los sistemas de desinfección y depuración.