Vestido hecho de hongos completamente compostable
Erin Smith "cultivó" su propio vestido de novia utilizando mantillo para árboles y micelio, un tipo de hongo blanco que creció en una base se residuos agrícola que empleó muy poca energía. A diferencia de otras novias que deciden hacer sesiones de fotos donde estropean sus vestidos para desquitar que será la única vez que lo usarán, Erin logró compostar el suyo.
Smith cree que cultivar nuestra propia ropa puede ser positivo. Imaginándome el vestido que logró crear pensaría en las texturas que los hongos pudieron crear y me parece una idea naturalmente bella. Lo cierto es que crear este tipo de prendas también sería funcional pues ayudaría a eliminar emisiones causadas por la producción de prendas, en especial como ésta que tienen un único uso en la vida.
Esta es justo la idea que se encontraba detrás del vestido de Erin, como sólo se usaría una vez, el material con el que se hiciera debería ser apropiado para el tiempo de vida útil del vestido. Producir un vestido de novia es un ejemplo de una compra insostenible, pues requiere demasiado tiempo para dejarlo olvidado en un armario.
Varios diseñadores han empezado a experimentar con ropa de tejidos orgánicos. BioCouture ha experimentado con la fermentación por casi una década y ha producido un tipo de cuero vegetal hecho a partir de té verde, azúcar, bacterias y levadura. En la Universidad de Australia Occidental se creó una chaqueta hecha de células humanas y de ratón.
Probablemente la gente se rehusa a utilizar prendas hechas de residuos orgánicos y por eso este tipo de moda no ha pegado en el mercado. Quizás la gente olvida que materiales como la seda provienen de un gusano, pero como todo, tendremos que darle tiempo. ¿Tú te atreverías a "cultivar" tu propio vestido.