Cazar plástico con IA: robots aspiradores contra la basura en espacios naturales
Los robots aspiradores se han convertido en un 'cacharro' más en los hogares de medio planeta. Equipados con cámaras y sensores infrarrojos son capaces de moverse por todas las estancias, esquivando mesas; sillas y hasta calcetines. Ahora han dado un paso más y también quieren aspirar todo lo que encuentren por los arenales de las playas.
Bolsas de plástico, bastoncillos, palillos, latas de refresco, hilos de pesca abandonados, pélets… Todo esto forma parte del paisaje de las playas españoles tras un día de verano. A ello se suman innumerables objetos perdidos por los turistas. En 2023, campañas de recogida de residuos en los arenales y los mares como las del Proyecto Libera permitieron retirar un total de 62.334 residuos o lo que es lo mismo 7,1 toneladas.
Entre la basura recolectada, las colillas y las piezas de plástico inferiores a 2,5 cm fueron las reinas. Es el día a día que también se encuentran los equipos de limpieza municipales. Tras recoger las toallas y plegar las sombrillas, en muchas localidades costeras, llega el turno del tractor con un gran cribador que se queda con la basura que queda esparcida entre los finos granos de arena.
Ahora la digitalización de las ciudades y la irrupción de la inteligencia artificial se presenta como una aliada para acabar con la suciedad en los arenales. Desde este verano, las playas de la ciudad de Valencia se han convertido en el campo de pruebas de esta 'roomba' playera. Bautizado como UMIbeach, este vehículo oruga puede recoger hasta diez centímetros de tierra y cribar todos los residuos que se encuentren en la superficie, como colillas o plásticos, que se acumulan en un depósito trasero para ser vertidos en contenedores a pie de arena.
Esta tecnología tiene la capacidad de limpiar cinco kilómetros cuadrados de playa con una sola carga y puede recoger hasta 330 unidades de residuos por kilómetro cuadrado. Además, UMIbeach funciona con energía eléctrica y/o solar, tiene una autonomía de siete horas seguidas, con la posibilidad de dejarlo sin control humano durante 24 horas.
A pesar de su autonomía, única en el mundo en este sentido según sus creadores, el robot es capaz de detectar cualquier obstáculo, incluso de noche o en condiciones climatológicas adversas, y así puede «decidir» si se detiene o si esquiva el obstáculo. Así mismo puede ser operado en remoto y recibir rutinas diferentes. Además, incorpora un giroscopio y que, ante cualquier golpe de movimiento o acción vandálica, la máquina se bloquea.
No es el único proyecto que ha preparado a la inteligencia artificial para limpiar playas e, incluso, más allá de los arenales. Un grupo de investigadores de la Universidad de Wageningen y de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) han desarrollado un detector de plásticos en alta mar.
Entrenados con miles de imágenes satelitales del Sentinel-2, captura las zonas costeras de todo el mundo cada semana, el sistema estima la probabilidad de que haya desechos marinos presentes para cada píxel en las fotografías tomadas desde el espacio.
«El detector sigue siendo preciso incluso en condiciones más difíciles; por ejemplo, cuando la nubosidad y la neblina atmosférica dificultan que los modelos existentes identifiquen con precisión los desechos marinos», explican los autores del proyecto. «Esta información se puede utilizar para mejorar los modelos de estimación de la deriva de desechos marinos».
[Este contenido procede de ABC. Lee el original aquí]