La entidad privada mejicana, lo anunció a los grupos de vecinos tras exponerlo al Ayuntamiento de Alicante y al de San Vicente y a los miembros de la comisión de sostenibilidad de Cemex, un órgano consultivo y no vinculante que se creó hace unos meses, en pleno epicentro de la 'guerra de las basuras', que colateralmente afectó a la multinacional.

La autorización se ha conseguido pese a muchas alegaciones y ahora la empresa cuenta con permiso para el uso de combustibles alternativos en los hornos de cemento. Hasta un 80% de productos alternativos al coque de petróleo, mucho más perjudicial para el medio ambiente.

Esta alternativa se compone de lodos de depuradora, harinas cárnicas y neumáticos fuera de uso, además de otros «residuos minoritarios», y el denominado enfuel, que consiste en una materia prima para la combustión que se compone de residuos sólidos urbanos no orgánicos, ultrasecados y procedentes del papel, los plásticos, la biomasa o madera y el textil.

Según indica el director de la planta de alicante, Carlos Doménech, el permiso también abarca otros residuos como materias primas sustitutivas en el proceso de fabricación del cemento. Esto es, pueden utilizar, en vez de una parte de caliza y marga, otros materiales reciclados como pueden ser los escombros de las obras.

Las cifras estipuladas por la empresa indican unas 40.000 toneladas de enerfuel. Entre ellas las que aporta una planta situada en Crevillent, uno de los muchos proveedores que tiene Cemex.

Cemex de Alicante ya disponía de autorización para la coincineración anual de hasta 107.000 toneladas de materiales alternativos (25.000 toneladas de neumáticos usados, 40.000 de lodos de depuradoras de agua y 42.000 de harinas cárnicas). Sin embargo, la cifra permitida ahora aumenta hasta 140.000 toneladas. De todos modos, la planta quemará, al margen de la basura triturada y deshidratada (enerfuel), los materiales señalados como materia prima energética.