La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a la empresa Norfesa S.L por el enterramiento de un gran volumen residuos peligrosos en los huecos de una explotación minera, en Valdetorres de Jarama, en un espacio protegido Red Natura.

Ecologistas en Acción, que ha sido acusación particular en el procedimiento, ha valorado "muy positivamente" el fallo y la restauración de los terrenos.

En la sentencia, fechada el pasado 3 de junio, la Audiencia condena a la minera Norfesa S.L. y al ingeniero de minas y director de la misma, por un delito contra el medio ambiente al considerar probada la actividad ilegal realizada en el paraje Solana de la Galga, en Valdetorres del Jarama.

Los hechos fueron denunciados en enero de 2007 por Jarama Vivo y consistieron en el vertido, enterramiento, abandono y eliminación incontrolada de residuos peligrosos, en los huecos de una explotación de grava. Buena parte de estos residuos procedían de la actividad de otras empresas del mismo grupo, denominado Grupo Minero Alonso.

Los terrenos que se utilizaron para enterrar los residuos, están junto al río Jarama e incluidos en el espacio protegido Red Natura denominado Zona de Especial Conservación (ZEC) Cuencas de los ríos Jarama y Henares.

Después de ser denunciada la situación, entre los meses de enero a abril de 2007, se retiraron de los enterramientos ilegales 170,9 toneladas de tierras contaminadas; 620 kilos de envases de plástico contaminado (depósitos de aceites usados) y 5,42 toneladas de lodos de agua y aceite de vehículos.

La sentencia condena al ingeniero Fernando Javier Pérez Fernández, a dos años de prisión, multa de un año, e inhabilitación de tres años para el desarrollo de actividades ligadas, a residuos.

De forma subsidiaria, Norfesa S.L, deberá proceder a la reparación del daño causado, dejando la zona como se encontraba antes de la actividad ilegal. Ecologistas en Acción ha sido acusación particular en el procedimiento, junto a la Comunidad de Madrid.

En un comunicado, Ecologistas en Acción ha valorado muy positivamente estas sentencias que, sin ser firmes, posiblemente no sean recurridas ya que se han dictado con el acuerdo de los condenados.