El Congreso da luz verde a la Ley de Cambio Climático tras incontables retrasos

El Congreso de los Diputados ha aprobado ayer jueves la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la primera norma de este tipo con la que contará España. Se trata de una ley que debe servir para que el país cumpla sus compromisos internacionales de lucha contra el calentamiento: alcanzar en 2050 la neutralidad climática (que solo se emitan los gases de efecto invernadero que puedan ser captados por los sumideros, como los bosques). En la práctica, esto significa que a mediados de siglo la economía española se tendrá que haber desenganchado casi por completo de los combustibles fósiles.
Para lograr ese objetivo para 2050, la norma establece metas concretas en 2030 (como que el 74% de la electricidad sea de origen renovable en esa fecha) y medidas para impulsar las energías limpias y los vehículos libres de emisiones. Además, en 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto del país se deberán haber reducido en un 23% respecto a las de 1990. Este objetivo se revisará al alza periódicamente y la primera revisión se hará en 2023.
La ley, que el Congreso reclamó hace una década y que la mayoría de partidos lleva años prometiendo, ha salido adelante por 22 votos a favor, 5 en contra y 10 abstenciones en la Comisión de Transición Ecológica gracias al apoyo de la mayoría de los grupos que hicieron presidente a Pedro Sánchez (PSOE), a los que se ha sumado Ciudadanos. Más País y el PP se han abstenido. Solo Vox ha votado en contra de la ley. La norma irá ahora al Senado y, si no se enmienda, podría quedar definitivamente aprobada en mayo.
Si desde los partidos más a la derecha de PSOE y Unidas Podemos la principal crítica ha sido la falta de negociación, desde los partidos de izquierdas (al igual que desde las ONG ecologistas) los reproches han llegado por la falta de ambición. “El nivel de ambición de la ley se sitúa muy por debajo de lo que pide Naciones Unidas”, ha criticado Inés Sabanés, de Más País, que ha decidido abstenerse por este motivo. La diputada verde ha sostenido que el objetivo de la reducción del 23% era “perfectamente revisable” para incorporar el impacto positivo que tendrán los fondos europeos ligados al plan de recuperación en la descarbonización de la economía.
[Esta noticia ha sido publicada originalmente en El País. Lee el original aquí]