Empleo verde: la revolución en marcha de las «green skills»
La transición hacia una economía más verde está generando cambios importantes en el mercado laboral, aumentando la demanda de profesionales con habilidades relacionadas con la sostenibilidad. Una tendencia que, como todo parece indicar, irá en aumento en los próximos años a medida que nos acerquemos al umbral de 2030, fecha en que culmina el plazo para cumplir con los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) acordados en 2015 por los 193 países miembros de la ONU.
De hecho, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que en los próximos seis años se crearán 24 millones de puestos de trabajo verdes en todo el mundo. Muchos de ellos generados por el continuo desarrollo de nuevas tecnologías limpias en ámbitos como la energía, el ciclo del agua o la movilidad. “El sector de la energía limpia por sí solo creará 2,65 millones de nuevos empleos, movilizando más de 150.000 millones de euros en inversiones, para cumplir los objetivos marcados por los gobiernos de España y Portugal para 2030″, afirma Bianca Dragomir, directora de Cleantech for Iberia, una coalición formada por inversores, innovadores, universidades, incubadoras y bancos para impulsar el desarrollo de tecnologías limpias en la Península.
Sin embargo, la transición verde ya empieza a tener un impacto que va más allá de una industria o un sector específico. “Comparamos lo que está pasando con lo que ya sucedió con la digitalización del mercado laboral hace entre 20 y 30 años. Es algo que viene a trascender las empresas energéticas y los empleos específicamente relacionados con la energía para convertirse en una competencia transversal para todos los trabajadores, en todos los países y en todos los sectores”, comenta María S. Vargas, responsable de Green Jobs en ManpowerGroup España.
Esto implica, por un lado, la creación de nuevos perfiles profesionales —entre ellos el del Chief Sustainability Officer (CSO), que se encarga de diseñar e implementar las estrategias de sostenibilidad dentro de una organización—y, por el otro, la redefinición de roles tradicionales. Es decir, que de la misma manera en que hemos aprendido a usar las herramientas digitales para realizar nuestro trabajo, cada vez será más necesario adquirir algunas green skills (habilidades verdes) para cumplir con nuestras funciones diarias.
Esta transformación hacia una economía sostenible está impulsando a su vez un cambio real —más allá de la problemática del ecopostureo o el greenwashing— en la propia cultura corporativa de muchas compañías, que las empuja a que ya no solo busquen empleados con habilidades técnicas, sino también aquellos que comparten una visión y unos valores alineados con la sostenibilidad. “Las empresas están reconociendo la importancia de integrar prácticas sostenibles no solo para mejorar su impacto ambiental, sino también para responder a las expectativas de los consumidores, reguladores, empleados y, posiblemente, para mejorar su desempeño a largo plazo en el mercado”, apunta Juan Ferrer, socio responsable del área de Especialización de Personas y Organización de Boston Consulting Group en España.
No obstante, hay un desfase significativo entre la demanda y la disponibilidad de profesionales. De acuerdo con el informe Gap of 7 Million Workers Put Climate Goals at Risk elaborado por Boston Consulting Group, la economía verde tendrá una carencia de siete millones de empleados especializados en todo el mundo para 2030. Esto “se debe principalmente a la rápida transición hacia tecnologías y prácticas sostenibles, lo cual exige habilidades especializadas que actualmente son escasas”, explica Ferrer. En este sentido, el estudio Global Green Skills Report 2023 realizado por LinkedIn muestra que, si bien las ofertas de trabajo que requieren al menos una habilidad verde aumentaron en esta plataforma en un 15,2% entre 2022 y 2023, a día de hoy solo uno de cada ocho trabajadores en el mundo cumple con este requisito.
Por tanto, dicha brecha representa un reto enorme. Para recortarla, el socio de BCG sostiene que sería necesario ampliar y adaptar la educación y la formación técnica para alinearlas con las demandas de la economía verde, invertir en capacitación y desarrollo profesional continuo, y fomentar la colaboración entre gobiernos, instituciones educativas y el sector privado para crear programas de formación específicos. “Hay que tener una planificación de país. Saber en qué momento estamos y qué necesitamos de aquí a 10 años. Y esto requiere diálogo”, coincide Rafael López, director de Adquisición de Talento de World Wide Recruitment Energy.
Para Alejandro Labanda, director de Transición Ecológica del gabinete de incidencia pública beBartlet, la mejor política para abordar la falta de profesionales con habilidades verdes es trasladar a todos los actores del ecosistema —incluidas las empresas, las universidades y los centros de formación— que la transición ecológica es un objetivo compartido por todos los partidos. “Cuanto más transversal ideológicamente sea esta ambición y cuanto más visible sea la apuesta de España por el desarrollo económico sostenible, con más determinación responderán también los demás actores ante este reto”, remacha.
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de El País. Lee el original aquí]