A diferencia del reciclaje botella a botella, el flujo de bandejas de PET ha estado históricamente infrautilizado; las bandejas rara vez se recolectaban o reciclaban antes de principios de la década de 2020. Cuando se utilizaba contenido reciclado en bandejas, este solía provenir de botellas, lo que generaba preocupación por el desvío de valiosa materia prima de los sistemas de ciclo cerrado de botellas. Esta omisión histórica ha generado una importante carga ambiental: mientras que cada año se introducen en el mercado de la Unión Europea aproximadamente un millón de toneladas de bandejas de PET, se pierde un asombroso 70% de este valioso material, y actualmente solo se recolectan alrededor de 300.000 toneladas para reciclaje. Esto representa una oportunidad crucial perdida para la circularidad y pone de relieve la urgente necesidad de mejorar la infraestructura de recolección y reciclaje.

Afortunadamente, el reciclaje de bandeja a bandeja ha cobrado impulso recientemente como una solución emergente dentro del esfuerzo más amplio por mejorar la circularidad de los envases de plástico. Este cambio se debe en gran medida a los cambios recientes en la legislación de la UE, como la Directiva sobre Plásticos de un Solo Uso (SUPD) y el ambicioso Reglamento sobre Envases y Residuos de Envases (PPWR). Estas regulaciones no solo han aumentado los umbrales de contenido reciclado requeridos en las botellas de bebidas, sino que también establecen objetivos para envases más allá de las botellas, lo que impulsa a los fabricantes de bandejas a buscar nuevas fuentes específicas de PET reciclado.

A pesar de su potencial, el reciclaje de bandeja a bandeja presenta varios desafíos hoy en día. Las bandejas de PET suelen presentar diseños complejos, que incluyen estructuras multicapa, tintas, adhesivos y etiquetas, lo que dificulta la clasificación y la descontaminación. A diferencia de las botellas, las bandejas tienden a tener una forma y composición menos estandarizadas, lo que dificulta la identificación y la separación automatizadas. La contaminación, como residuos de alimentos o materiales extraños incrustados, puede dificultar aún más la precisión de la clasificación, especialmente una vez que las bandejas se comprimen en fardos.

La infraestructura de recolección sigue siendo un importante obstáculo. Si bien las botellas de PET se benefician de sistemas de depósito y devolución consolidados y de altas tasas de recolección, las bandejas a menudo se recolectan con envases mixtos o no se recolectan. Además, la tecnología para clasificar las bandejas de PET en una fracción separada y específica aún no es una práctica estándar, a diferencia de lo que ocurre con las botellas. Esto a menudo provoca que las bandejas recolectadas se pierdan en la fracción mixta de PET o en el flujo general de residuos. Esta calidad inconsistente de la materia prima y su disponibilidad limitada aumentan significativamente el costo y la complejidad de la producción de PET reciclado de grado alimenticio a partir de bandejas.

La industria está respondiendo a las complejidades del reciclaje bandeja a bandeja con innovaciones cada vez más sofisticadas. Los sistemas avanzados de clasificación basados en sensores desempeñan ahora un papel fundamental para permitir la recuperación de alta calidad de bandejas de PET. Los sistemas NIR tradicionales, como el Autosort de Tomra, por ejemplo, pueden diferenciar entre bandejas de PET monocapa y multicapa. Esta distinción es vital, ya que solo las bandejas monocapa son aptas para un reciclaje de circuito cerrado de alta calidad.

Algunos de los avances más significativos se están produciendo a nivel de escamas, donde se implementan tecnologías de clasificación para identificar una amplia gama de contaminantes. Equipadas con configuraciones multisensor, estas máquinas pueden detectar simultáneamente escamas por tipo de polímero, color, transparencia y envejecimiento del material. Este nivel de precisión es esencial para eliminar sustancias como PVC, metales y partículas opacas.

Una vez trituradas las bandejas, el sistema Innosort Flake de Tomra utiliza una clasificación rápida e inteligente para separar con precisión los materiales según el tipo de polímero, el color y la transparencia. Su alta velocidad elimina eficazmente contaminantes comunes como PET, PVC, PC opacos y otras partículas no deseadas, minimizando la pérdida de material y sentando las bases para un resultado ultralimpio.

Partiendo de esta base, Autosort Flake perfecciona aún más el flujo de escamas. Este sistema de aplicación de alta gama ofrece una precisión excepcional con los niveles más altos de detección, e incluso es capaz de detectar metales y multicapas. Mediante tecnologías de clasificación multifacéticas, procesa impurezas complejas que, de otro modo, podrían reducir la calidad. La combinación de estas dos etapas de clasificación es una herramienta esencial para los fabricantes que buscan cumplir con los estrictos requisitos de los envases para contacto con alimentos.

Algunas instalaciones operan líneas de clasificación duales para fracciones de PET transparente y coloreadas, utilizando la detección del nivel de escamas para permitir una producción continua y flexible. Al alcanzar niveles de pureza del 99 % o superiores, estos sistemas permiten a los recicladores cumplir con los rigurosos estándares requeridos para aplicaciones de grado alimenticio, a la vez que aumentan el rendimiento y amplían la gama de contenido reciclado, como bandejas aptas para microondas.

El reciclaje de bandeja a bandeja utiliza materiales de fuentes tanto posconsumo como posindustriales, cada una con sus propias ventajas y desafíos. Los residuos posindustriales, como los recortes de las líneas de termoformado o los lotes rechazados, suelen presentar un PET limpio y homogéneo, lo que los hace ideales para el reprocesamiento directo. Por el contrario, las bandejas posconsumo recuperadas a través de los sistemas de recolección municipales presentan una composición más variable, a menudo con diseños multicapa, etiquetas y contaminación residual. A pesar de estas complejidades, el reciclaje posconsumo es fundamental para escalar la circularidad a nivel de consumidor.

Las tecnologías de clasificación de Tomra están preparadas para gestionar ambos flujos, mejorando la calidad y la consistencia mediante configuraciones de sensores inteligentes que se adaptan a la variabilidad de la materia prima. Al integrar insumos posconsumo y posindustriales, los recicladores pueden optimizar la producción y generar PET reciclado que cumple con las especificaciones para la producción de nuevas bandejas.

El reciclaje de bandeja a bandeja tiene el potencial de convertirse en una solución generalizada para la gestión de envases de PET posconsumo. Si bien este segmento aún se encuentra en sus primeras etapas en comparación con el reciclaje de botellas, la innovación y la expansión de la infraestructura pueden reducir esta brecha gradualmente. Se espera que las inversiones en tecnologías de clasificación automatizada, la estandarización de materiales y los sistemas de recolección especializados mejoren la consistencia de la materia prima y la calidad del material reciclado. La colaboración entre productores de envases, recicladores y fabricantes de equipos será crucial para ampliar las operaciones y superar las barreras del diseño para el reciclaje. Igualmente crucial será la aprobación regulatoria para el uso de contenido reciclado en bandejas para alimentos. Una vez que la revisión en curso concluya positivamente, la industria puede esperar un renovado impulso.

El reciclaje de bandeja a bandeja está a punto de evolucionar, pasando de ser una innovación de nicho a convertirse en un pilar fundamental de los sistemas de envasado circular en los próximos años. Esto ofrece una vía viable para reducir la dependencia del plástico virgen y alcanzar objetivos cruciales de contenido reciclado. El desarrollo continuo de Tomra de soluciones de clasificación de vanguardia seguirá desempeñando un papel clave en el avance de esta transición.