La Xunta creará un fondo dotado de 9 millones, que será transferido a los municipios en un pago único este mes, coincidiendo con la facturación de los recibos correspondientes al primer semestre del año. Según explica el departamento de Medio Ambiente, las administraciones locales podrán disponer de estos fondos en el momento en que tengan que abonar a la entidad las facturas por la gestión y el tratamiento de sus residuos.

El canon pasará así a ser de 66 euros por tonelada, con la aportación de la Xunta ya incluida. Es una media resultante de los 68,05 euros de enero a junio y los 88,05 euros para la segunda mitad del año. A esos 78 euros de media se le restarían los 12 euros procedentes del fondo de cooperación local, que serán complementarios, por lo que no afectarán a otras partidas.

La FEGAMP estuvo presente en la reunión del consejo de administración, tras presentar alegaciones contra la subida. «Aún hay tiempo para poder sentarse y trabajar en común en un acuerdo para el 2024 y para el futuro sobre el canon, que sea satisfactorio para la Xunta y para los ayuntamientos», expuso la víspera de la reunión  el presidente de la FEGAMP el socialista Alberto Varela. La entidad propone que el impuesto estatal a los vertidos y la incineración, que recauda la Xunta y supuso un coste de 9,1 millones de euros, financie una bonificación del canon a las entidades municipales. La subida fue autorizada por la cartera de Medio Ambiente, previo informe de Hacienda.

El presidente de SOGAMA, Javier Domínguez, intervino en dos ocasiones durante el último mes en comisiones parlamentarias de la Cámara autonómica para argumentar el incremento, advirtiendo que el canon es el «más barato de España», situando como ejemplo casos próximos como los 169 euros de Nostián. Tanto PSdeG como BNG han criticado la gestión de los residuos, que tildaron de «obsoleta» por primar la incineración de la basura recibida (el 60%) y el envío al vertedero (el 21%).