«Greenhusing»: ¿es el silencio verde el nuevo «greenwashing»?
Las empresas que pregonan o exageran sus credenciales ecológicas suelen ser acusadas de "greenwashing" o lavado verde, pero ahora está surgiendo un fenómeno más sutil, el "encubrimiento o silencio verde". ¿Te suena? En Gestores de Residuos analizamos esta realidad emergente igual de perjudicial.
Mientras responsables políticos y activistas dirigen su atención a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que se celebrará en noviembre en Egipto, afirman que algunas empresas están minimizando y ocultando deliberadamente sus emisiones y sus objetivos de compensación de carbono, o incluso guardando silencio al respecto. Acuñado por los académicos en 2008, el término "greenhusing" se refiere a las empresas y organizaciones que optan por guardar silencio sobre sus estrategias climáticas porque temen ser acusadas de lavado verde, o avergonzadas si se quedan cortas.
Según un estudio publicado por The Journal of Travel Research en 2020 sobre el "greenhushing" o silencio verde en el sector turístico, "tiene sus raíces en el 'greenwashing', en el sentido de que es el miedo a ser acusado de 'greenwashing' por los activistas lo que lleva a las empresas a permanecer en silencio, a pesar de estar realmente comprometidas con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC)". El miedo a la mala publicidad y a que los consumidores digan que una empresa y su marca no son tan ecológicas como dicen, hace que algunas empresas sean reacias a revelar sus compromisos climáticos para evitar esa atención negativa.
"El mayor escrutinio de los medios de comunicación, las ONG, el público y las autoridades de consumo y mercado puede haber hecho que las empresas se muestren más reacias que nunca a comunicar sus objetivos", explica a Context Renat Heuberger, director ejecutivo y cofundador de South Pole, una consultora climática y promotora de compensaciones de carbono con sede en Suiza.
De acuerdo con un informe publicado recientemente por South Pole, algunas empresas, incluidas las de los sectores tecnológico, financiero y de ingeniería, prefieren no divulgar ni llamar la atención sobre sus logros o hitos en materia de acción climática. Casi una de cada cuatro de las 1.200 grandes empresas privadas de 12 países encuestadas se han fijado objetivos de emisiones netas cero, pero han decidido no hacer públicos sus avances. "Las empresas son reacias a prometer públicamente más de lo que pueden cumplir", afirma el informe. Este ocultamiento ecológico se produce incluso cuando la mayoría de las empresas invierten más dinero en cumplir sus compromisos climáticos.
Casi tres cuartas partes de las empresas encuestadas están invirtiendo más, y no menos, para alcanzar sus objetivos. "Se trata de una tendencia preocupante, ya que una menor comunicación pública dificulta el escrutinio de los objetivos y limita el intercambio de conocimientos", señala el informe. El estigma de ser tachado de ecologista por los activistas del clima o los consumidores, que exigen productos y empresas más ecológicos, es su principal motivo, pero también pueden temer fracasar, afirma Heuberger.
Pero cada vez son más las demandas presentadas por grupos ecologistas que alegan que las declaraciones de las empresas sobre su carácter "limpio", "verde" o "sostenible" son engañosas. "El aumento de los litigios sobre el clima es cada vez más preocupante", afirma Heuberger, quien añade que, según la encuesta, los encuestados franceses son de los más propensos a no hacer públicos sus objetivos basados en datos científicos. Francia es uno de los pocos países en los que existe una regulación explícita sobre las alegaciones de las empresas en relación con el clima, añadió.
A medida que los organismos reguladores toman medidas drásticas y exigen responsabilidades a las empresas por el "lavado verde", aumenta el temor de las empresas a ser denunciadas por sus afirmaciones engañosas o exageradas sobre el medio ambiente y la sostenibilidad.
Concluimos citando varios casos recientes. El organismo británico de vigilancia financiera propuso también nuevas normas a partir de 2024 para los fondos de inversión y sus gestores, con el fin de evitar que los consumidores sean engañados por el "lavado verde". La Oficina de la Competencia de Canadá, un organismo federal encargado de velar por el cumplimiento de la ley, dijo que había abierto una investigación sobre el Royal Bank of Canada por acusaciones de que el mayor prestamista del país había engañado a sus clientes sobre sus compromisos en materia de acción climática. En otro caso, las autoridades alemanas y estadounidenses están investigando los informes y las denuncias de un denunciante de que DWS, uno de los principales gestores de activos alemanes, exageró las credenciales ecológicas de sus fondos e inversiones, lo que provocó una demanda por parte de un grupo de consumidores alemanes.
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de Context. Lee el original aquí]