Hace más de 450 años que se extraen minerales en esta zona y en todo este tiempo los residuos acumulados superan las 110 millones de toneladas y ocupan dos mil hectáreas dentro de la misma ciudad de Pachuca (México), residuos que afectan a al salud, principalmente el sistema respiratorio y la vista.

Los jales mineros, pilas de rocas molidas que quedan después de que los minerales de interés como el plomo, zinc, cobre, plata y otros han sido extraídos, están compuestos por un 67% de sílice, donde otros metales como la plata están incrustados. Con este proyecto se intentará aumentar el contenido de sílice has un 97% y separar los otros elementos para fabricar vidrio ámbar.

El objetivo de la investigación es establecer el esquema de flotación del sílice que contienen los jales para desarrollar una liga cerámica que permita la producción de ladrillo, teja, plaquetas cerámicas y vidrio con una considerable mejora en sus propiedades.

Juan Hernández afirmó que estos materiales han sido sometidos a exámenes de toxicología y caracterización donde se confirmó que los minerales son estables y que únicamente se liberarían a altas temperaturas por lo que no representan un riesgo para la salud.

En este estudio, explica el investigador, se ha mezclado jal con mineral de vermiculita (mineral formado por silicatos de hierro o magnesio, del grupo de las micas) y con perlita (una roca volcánica de origen natural), con el resultado de un ladrillo aislante térmico y acústico y con propiedades mejores que los convencionales. La investigación ha fortalecido el área académica y se han adquirido nuevos equipos, como un horno que alcanza más de 750 grados centígrados y que permite la síntesis de los productos de los jales.

“Aprovechar los residuos del sector minero para la fabricación de nuevos productos beneficia a la ecología”. “Gracias a esta investigación, la UAEH se ha posicionado a nivel mundial entre las principales instituciones que realizan investigaciones relacionadas con jales” detalló Hernández Ávila.

Vía: H Noticias