La normativa fue aprobada el pasado mes de enero por el Parlamento Europeo e incluye objetivos más estrictos de recogida y reciclaje de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, como frigoríficos, ordenadores y televisores.

Entre las novedades de la Directiva se encuentra la exigencia para 2016 de la recogida de 45 toneladas de RAEE por cada 100 toneladas de aparatos puestos en el mercado nacional. Una cifra que tendrá que incrementar para 2019 hasta el 65% de los RAEE introducidos en el mercado o el 85% de los RAEE generados en el país.

Además, la nueva legislación también permite a los consumidores devolver aparatos pequeños, como teléfonos móviles a las tiendas de electrónica sin tener que comprar un nuevo producto y reducen las cargas administrativas a los fabricantes.

Los Estados miembros disponen de un año y medio para transponer estas reglas.