Vista esta situación, la ingeniería valenciana Glogestec (Global Gestión Técnica) presentó en el congreso sobre Responsabilidad Social Corporativa e Innovación que se celebra en la Feria de Valencia una atractiva alternativa para "sublimar" los residuos.

Alfonso Marsal, responsable de Glocestec da las pinceladas de un sistema de combustión de residuos que emplea únicamente el oxígeno como comburente. Se trata de un horno que funciona a una temperatura que oscila entre los 1.800 y los 2.200 grados de temperatura. "Las instalaciones tienen una dimensión que ocupa una superficie en torno a los 160 metros cuadrados, una nave industrial convencional. Un invernadero adjunto permite tratar las emisiones de dióxido de carbono y reducirlas al mínimo. Al utilizar exclusivamente oxígeno, sin nitrógeno, no se generan gases tóxicos como en las incineradoras convencionales".

La patente de tal horno la acaba de realizar el ingeniero italiano Paolo Amadesi, un técnico que ha trabajado para la NASA y otras grandes corporaciones. El experto conjuga así diferentes técnicas que ha desarrollado a lo largo de su vida.

La alternativa para sublimar residuos reduce los productos de rechazo a un exiguo 1%, frente a las incineradoras, que generan hasta un 33% de rechazo, habitualmente muy tóxico. Nassy es el nombre que le ha asociado a los hornos, que pueden asumir todo tipo de residuos peligrosos, sanitarios, químicos o cualquier otro. Además los hornos pueden tratar 25.000 toneladas de residuos al año y reintegrar a la red 650 kilovatios por tonelada y hora frente a los 350 que reintegran las incineradoras convencionales, según afirma Marsal.

Aplicado a la Comunidad Valenciana todos sus residuos se podrían trata con 48 hornos repartidos por el conjunto del territorio. Aunque el responsable de Glogestec no pone cifra al coste de los hornos los considera totalmente rentables, vistos los beneficios que supondrían.